Luego de cuatro días de silencio, Cristina Kirchner reapareció encabezando un acto en la Casa Rosada. Comenzó a las 18:30, con una serie se videconferencias; luego brindó un encendido discurso en el Salón de las Mujeres Argentinas y más tarde se dirigió a la militancia que se agolpó en los tres patios del edificio. En los 168 minutos que se extendió su presentación no mencionó al candidato del oficialismo, Daniel Scioli, quien no estuvo en el lugar.
Escoltada por la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y el de Economia, Axel Kicillof, la mandataria confirmó que el Frente para la Victoria participará del ballotage porque es «una fuerza democrática». Y aseguró que siempre respetará «la voluntad popular, cualquiera sea el resultado».
«¿Es sólo un nuevo presidente lo que vamos a elegir? No creo que sea así. Un presidente representa un modelo y las políticas de un país», dijo. En ese sentido, defendió medidas de la gestión del kirchnerismo.
Luego se refirió a los debates presidenciales, una herramienta que debutó a comienzos de octubre –sin la presencia del postulante del FpV– y que tendrá su continuidad el 15 de noviembre con un cara a cara entre Scioli y Mauricio Macri. La mandataria abogó por que éstos incluyan archivos fílmicos de las posiciones que sus protagonistas tuvieron en el pasado de manera de exponer sus cambios. Y mencionó el cambio de opinión de Gabriela Michetti en cuanto al matrimonio igualitario, además de sugerir que el líder de Cambiemos hizo lo propio con la estatización de Aerolíneas Argentinas.
«Nosotros, con nuestros errores, defectos y equivocaciones, somos lo que somos. Pero somos, no somos un día una cosa y otro día otra. Que nadie se disfrace de lo que no es», espetó.
En su alocución, la mandataria cargó contra la oposición por querer «instalar un clima previo de que había fraude» e hizo un «acto de desagravio» al sistema electoral vigente, blanco de cuestionamientos de la oposición e incluso del Poder Judicial.
«Que curioso, cuando los resultados son mejores de los esperados, como por arte de magia desaparecen todas las denuncias. ¿Entonces no había problemas de fraude? No, lo que había era temor de no lograr la voluntad popular», lanzó contra el arco opositor.
En la misma línea, la Presidente reivindicó el sistema electoral nacional, al que calificó como «limpio, transparente y eficaz» y cuestionó a quienes buscan implementar el voto electrónico. De hecho, dijo que si algún día se implementa ese modelo por ley, no sabe si irá a votar. Al respecto, dijo que el ex empleado de la CIA Edward Snowden le aseguró en un encuentro en Rusia –que hasta ahora no había sido confirmado de forma oficial– que era posible fraguarlo.
«Sé que muchas veces la confrontación, el debate, no les gusta a todos. Argentinos, no nos asustemos del debate y la confrontación, en tanto lo hagamos democráticamente», dijo. Y llamó a los argentinos a ser «responsables de su voto».
En su discurso, la jefa de Estado recordó que en 2010 vetó la ley que implementaba el 82% móvilpara los jubilados, una medida que esta misma tarde Scioli se comprometió a realizar si es elegido presidente. «Después de hacerlo me votó el 55% de los argentinos, porque no comen vidrio. Yo no les miento«.
Más tarde, desde un balcón dirigiéndose a los militantes, dijo: «Los nombres no importan, importan las políticas«. «No quiero a ningún militante hablando mal de otro: lo quiero explicándole a la gente que estas cosas no son magia, que no se mantienen porque sí, que si se cambian las políticas, que si se deja atrás una política de industria nacional y defensa del trabajo, no sólo los obreros se van a quedar sin trabajo», añadió.
Críticas a Cambiemos
En más de una oportunidad, Cristina Kirchner felicitó a María Eugenia Vidal por la victoria en la provincia de Buenos Aires (en todas equivocó su edad, al decir que tenía 36 años). Al nombrarla, pidió a los presentes que no la silben. Una actitud similar adoptó cuando aludió a Macri. «Le gusta bailar en los actos, como a mí», ironizó.
Sin embargo, el frente Cambiemos fue objeto de cuestionamientos y reproches. «Hoy leía declaraciones de alguien, del otro espacio político, que decía que el sector de él era democrático, que éramos monárquicos, y que el que llevan de candidato a presidente tiene que acabar el carácter de secta empresarial y corporativa. ¡Dios mío, si empezamos con la vieja historia de jutnarse para ganar una elección…! Gobernar no es para cualquiera», indicó.
La jefa de Estado consideró que «todos quieren ir para adelante», pero se preguntó quién lo va a garantizar? «Los que querían privatizar Aerolíneas Argentinas, los que quería y nos apoyaron en la recuperación de YPF, los que no votaron el matrimonio igualitario, los que no votaron la fertilización asistida?», se respondió de manera retórica.