La expresidenta se desligó de las acusaciones y dijo que las licitaciones de obra pública en Santa Cruz dependían del ministerio de Economía y de la gobernación provincial.
Previo al comienzo del juicio por corrupción en la obra pública Cristina Kirchner se quejó al considerar que se trata de «un nuevo acto de persecución». A través de una serie de tuits confirmó que se presentará, dijo que «jamás» debió haber sido citada y que el único objetivo del proceso es «colocar a una expresidenta opositora a este gobierno en el banquillo de los acusados en plena campaña presidencial». El debate arranca poco después de que la senadora de Unidad Ciudadana sacudiera el tablero electoral con la confirmación de su precandidatura a la vicepresidencia, en una lista encabezada por Alberto Fernández.
La exmandataria llega al juicio procesada como jefa de una asociación ilícita que direccionó contratos de obra pública en Santa Cruz entre 2004 y 2015 por $ 46 mil millones a favor del empresario Lázaro Báez, otro de los que serán juzgados. En su descargo a través de las redes sociales, se desligó de las acusaciones.
«Jamás tomé intervención alguna en los expedientes administrativos que se realizaron por cada una de estas obras. Entre la Presidencia de la Nación y las obras denunciadas existen doce instancias administrativas de carácter nacional y provincial», indicó. «Para que se entienda: se trata de licitaciones de obras públicas viales realizadas por un órgano provincial que depende del ministerio de economía y de la gobernación de la provincia», afirmó.
«La citación de hoy se trata de una denuncia efectuada por el gobierno de Mauricio Macri sobre obras públicas viales llevadas a cabo enteramente en la provincia de Santa Cruz. Claramente no se trata de hacer justicia. Sólo armar una nueva cortina de humo que pretende distraer a los argentinos y las argentinas -cada vez con menos éxito- de la dramática situación que vive nuestro país y nuestro pueblo», acusó.