A las 8:48, la ex mandataria ingresó a Comodoro Py. A diferencia de otras oportunidades, no hubo militantes esperando su llegada
A las 8:48, más de una hora antes del momento en que la esperaban (a las 10), Cristina Kirchner llegó a Comodoro Py para afrontar su segunda indagatoria en la causa de los cuadernos de la corrupción y la octava desde que dejó la Casa Rosada. Pero esta tiene una particularidad con respecto a las anteriores: la acusación es por ocho hechos y la ex mandataria, como de costumbre, se defendió con un escrito.
Cristina Kirchner no estuvo acompañada por la militancia. De vestido blanco y vivos negros, pantalón y zapatos, se movilizó en un Toyota Corolla gris plata, saludó a los periodistas que la esperaban en uno de los ingresos laterales del edificio judicial de Retiro e ingresó rumbo al cuarto piso. Allí se encuentra el juzgado de Claudio Bonadio, donde se montó un operativo especial de seguridad.
La de hoy no es una fecha cualquiera para el ex mandataria: su ex marido y ex presidente Néstor Kirchner hubiese cumplido 69 años. De hecho, esta mañana en una serie de mensajes la ex jefa de Estado insinuó que Bonadio eligió la fecha adrede para incomodarla. Además, denunció una persecución judicial en su contra.
«Pretende hacerme responsable, una vez más, de la misma presunta asociación ilícita por la cual estoy siendo investigada ante otro juzgado de este fuero y ante dos tribunales orales. Algo inédito e inexplicable que únicamente puede comprenderse en el marco de una persecución y ensañamiento al que sólo se atrevieron gobiernos totalitarios en tiempos en que el Estado de Derecho se encontraba suspendido«, aseguró Cristina Kirchner.
Esta es una nueva tanda de 101 indagatorias que citó el magistrado y que comenzaron la semana pasada y se extenderán hasta el 11 de marzo. También fueron citados el ex ministro de Planificación Federal Julio De Vido, el ex secretario de Obras Públicas José López, y muchos empresarios. Entre ellos, Angelo Calcaterra -primo del presidente Mauricio Macri-, Aldo Roggio, José Cartellone, Carlos Wagner y Juan Chediack. Todos ya están procesados en el expediente.
Las nuevas indagatorias en la causa de los cuadernos las desencadenó la declaración como arrepentido del financista Ernesto Clarens, quien confesó que lavaba el dinero que los funcionarios recaudaban de las coimas y aportó el nombre de empresarios.
Cristina Kirchner afronta ocho acusaciones: la causa de los cuadernos; dos por derivaciones de ese expediente: pago de coimas en obras viales y en corredores viales; otra por irregularidades en subsidios a empresas de colectivos; por cohecho en ferrocarriles; por informes que se encontraron en su casa de El Calafate sobre el ex diputado Francisco De Narváez, la empresa Petrobras, el fallecido fiscal Alberto Nisman y por la carta entre Bernando O’Higgins y José San Martín y un prontuario de Hipólito Irigoyen; por sobreprecios en las compras de Gas Natural Licuado; y por haber utilizado aviones oficiales para llevar diarios a Santa Cruz.
En sus anteriores indagatorias, la ex mandataria siguió la misma estrategia: presentó escritos en los que negó las acusaciones, denunció una persecución del gobierno de Mauricio Macri y de la Justicia y se negó a contestar preguntas.
Cristina Kirchner ya fue indagada en las causas de dólar futuro, las irregularidades en la obra pública, Los Sauces, la firma del memorándum de entendimiento con Irán, Hotesur, los cuadernos de la corrupción y la llamada «ruta del dinero K». En todas fue procesada, excepto en la última que recibió una falta de mérito.
Los cuatro primeros expedientes ya están elevados a juicio oral. El primer proceso a Cristina Kirchner comenzará el próximo 21 de mayo.
La causa de los cuadernos se inició el año pasado cuando se conocieron las anotaciones que hacía Oscar Centeno, chofer del funcionario de Planificación Federal Roberto Baratta. Allí describía con fechas, horas, direcciones y nombres cómo Baratta cobraba coimas que pagaban empresarios que tenían negocios con el Estado. También contaba que Baratta en varias oportunidades llevó los bolsos con dinero al departamento que el matrimonio Kirchner tiene en Juncal y Uruguay, en la ciudad de Buenos Aires, y que eran recibidos por Daniel Muñoz, el fallecido secretario privado de Néstor Kirchner.
Cristina Kirchner está procesada en la causa como jefa de una asociación ilícita y por 27 hechos de coimas. El juez le dictó la prisión preventiva pero todavía no le pidió al Senado el desafuero. Lo había hecho en la causa del memorándum de entendimiento con Irán pero el bloque peronista fijó su postura en que la quita de fueros es con una condena firme.
La causa generó la declaración como arrepentidos de más de 30 personas que describieron cómo pagaban o cobraban sobornos para quedarse con negocios de obra pública en licitaciones amañadas y cómo ese dinero posteriormente era blanqueado.