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Evitó saludar a Báez y De Vido. No dejó de mirar la hora y se la vio molesta. Muecas, guiños y la presencia de Estela de Carlotto.
Durante casi tres horas y media Cristina Kirchner y otros doce acusados por corrupción en la obra pública vial en Santa Cruz, escucharon las acusaciones en su contra. Fue sólo la lectura de 100 de las 600 páginas que conforman las pruebas en la causa que investigó 51 contratos a favor de Lázaro Báez por $ 46.000 millones.
Durante todo el proceso Cristina estuvo visiblemente incómoda e inquieta. Casi no dejó de mirar su teléfono celular y por momentos habló en voz baja con su abogado Carlos Beraldi. Era la primera vez en mucho tiempo que se reencontraba con Lázaro Báez -preso hace tres años-, Julio De Vido y José López, entre otros. Pese a todo no se saludaron ni cruzaron miradas.
texto:clarin