Las empresas aguardan negociar aumentos escalonados para este mes y los dos siguientes.
Si el Gobierno no cambia de idea, este sábado subirán los impuestos sobre las naftas y el gasoil, que debía implementarse a principios de mes pero que fue postergada hasta el 12 de marzo. Se trata de una actualización en los tributos que gravan el expendio de combustibles y que derivaría en un aumento en los precios finales en torno al 3%.
La suba de los impuestos sobre los combustibles líquidos debía regir a partir del 1° de marzo pero el Gobierno definió postergarla a fines de enero “para asegurar una necesaria estabilización y una adecuada evolución de los precios”, Así la actualización de los gravámenes correspondiente al cuarto trimestre de 2020 -y que se rige por el IPC de ese período- quedó para la segunda quincena de marzo.
La postergación se produjo en medio de la aceleración inflacionaria de las primeras semanas del año y cuando diversos sectores se excusaron en que las alzas estaban relacionadas con el fuerte incremento de los combustibles.
En los primeros dos meses del año, la nafta y el gasoil se encarecieron cuatro veces, por efecto impositivo y por el alza de los biocombustibles, que tienen un horizonte de actualización hasta mayo próximo. El alza acumulada en lo que va de 2021 solo en el área metropolitana de Buenos Aires oscila entre 10% y 12% según el producto.
Desde agosto último, además, cuando se levantó el congelamiento de los precios, los combustibles saltaron 37% en promedio, según los datos que releva a diario la Secretaría de Energía sobre la base de la información de los surtidores de todo el país.
En la previa a la nueva suba impositiva, el presidente Alberto Fernández afirmó que se está revisando “el sistema de subas para los combustibles para que no sea un goteo que haga subir todos los meses”. El mandatario además dijo que “hay un problema psicológico en la Argentina de que suben los combustibles y aumentan todos los precios” de la economía.
Aunque no dio detalles sobre el sistema de actualizaciones en el que se trabaja, existen dos líneas de trabajo en las que los funcionarios están trabajando con otros actores económicos en un intento por contener la inflación, que según las últimas estimaciones cerrará el primer bimestre en torno al 7,5%. El dato oficial se conocerá este jueves.
Por un lado, se analiza la posibilidad de que, como sucedió con la fórmula de movilidad jubilatoria, se deje de lado la actualización por inflación de manera total o parcial para los gravámenes sobre los impuestos. Por otro lado, crece la expectativa de un acuerdo público-privado, como el que el Gobierno busca cerrar con industriales y gremios de todas las actividades, para trazar un horizonte de alzas de las naftas “más previsible”.
En ese marco, un grupo de petroleras espera el aval oficial para aplicar subas en los valores finales de los combustibles que redondeen el 15% hasta mayo. Ese incremento, no obstante, estaría por debajo del desfasaje que arrastran las productoras y refinadoras en los últimos meses, y que ubican en 20% para recuperar rentabilidad.