Dicen que las segundas funciones son una especie de maldición, no se respira la euforia del estreno ni la certeza en los movimientos que solo el correr de los shows, la rutina del nuevo horario y la energía del país de turno pueden conceder.
Pero ninguna “ley artística”, ningún mito urbano y ni siquiera la tormenta que amenazó toda la tarde en aparecer se atrevió a opacar esta nueva presentación de Coldplay en River Plate. Y si el primer show fue para Martin “el mejor martes” de su historia, este- fue “el mejor miércoles” de su vida.
Tal como está pautado, cuando el reloj marcaba las 21:15 exacta dos presentadores jóvenes introdujeron un cortometraje que actuó más bien como “El manifiesto Coldplay”. Ahí se proyectaron imágenes junto con mensajes como “En la medida de lo posible”; “este concierto es lo más amigable posible con el medioambiente”; “tu entrada apoya a reforestación, a la limpieza de los océanos y a la preservación ecológica”.
Tras difundir esas consignas y aún sin pisar el escenario la banda recibió la primera ovación. Las inquietudes ambientales son algo que el público de Coldplay toma como bandera. Pareciera no haber grieta en su narrativa: tanto los confeti como los vasos de los puestos de hidratación y las pulseras de plástico plant-based, según su inscripción, son compostables.
Detrás del escenario se instalaron paneles solares a los que se le suman las bicicletas y los pisos “cinéticos” para tratar de reducir la huella de carbono lo máximo posible. Los fuegos artificiales y la electricidad que excede el operativo sustentable entran en el margen del inteligentemente pre-anunciado “en la medida de los posible”.
El show de los artistas del momento se despliega con una especie de profesionalismo ascético, sin oda al orden ni romanización a la espontaneidad. Son políticamente correctos, puntuales, agradables.
“Entre nosotros está el mejor público del universo”, dijo Chris Martin y el público se encendió. Argentina se entrega al juego del cantante y se deja seducir por el Don Juan de la noche- más de uno advirtió en Twitter: “En Chile dijo lo mismo. Igual lo amamos”. Como si fuera poco, el artista retrucó: “Buenos Aires qué bonito eres. Tocar aquí es como tocar en el cielo”.