Hasta el martes pasado se habían vendido 75.427 unidades en marzo. Era una cifra aún levemente inferior a las 78.291 del año pasado y por debajo del récord de 2012, cuando se patentaron 82.263 vehículos (entre autos, utilitarios y camiones).
Sin embargo, quienes monitorean el mercado afirman que, por lo menos, se habrán sumado unas 6000 unidades vendidas el miércoles antes del inicio del feriado largo de Semana Santa. El número final estaría rozando, si no superando -por tercer mes consecutivo-, un récord histórico. Más allá de la barrera estadística, los especialistas coinciden en que lo hasta ahora registrado ya es un muy buen número.
En el primer bimestre, con récords en enero y febrero, ya se habían comercializado 188.953 unidades, un aumento interanual del 22,6%.
Justamente, por el aumento de las importaciones en los últimos meses y el desbalance con el flex (el sistema que equilibra el comercio entre la Argentina y Brasil) entre varias empresas locales, el Gobierno tomó recaudos: les endosó a las terminales un seguro de caución para ratificarles que espera el cumplimiento del acuerdo bilateral que rige hasta 2020. En las empresas no cayó bien. «Deberíamos usar ese dinero para hacer nuevas inversiones», declaró el presidente de una terminal europea semanas atrás.
Sin embargo, en el sector algunos creen que la presión oficial ya generó efectos. «El presidente para el Mercosur de una de estas empresas muy complicadas con el flex ya dijo que se acabaron los descuentos y que subirán los precios. Le deben haber sugerido que deje de trabajar para los brasileños», dijo -con un dejo de malicia- un colega suyo.
El boom de ventas de los autos se explica por la mejora de la economía en general; una devaluación del peso en los últimos tres meses, que por la enorme competencia no pudo trasladarse aún del todo a las listas de precios de las terminales y la enorme sobreoferta -principalmente brasileña- que existe en el mercado. Se trata de un combo que beneficia al consumidor, pese a que, por el alto costo argentino, los autos son caros en el país. Sin embargo, el fenómeno complica los márgenes de rentabilidad de los concesionarios, hoy en un 2% neto.
«El boom de ventas está sostenido por las diversas carteras de planes de suscripciones, los créditos prendarios UVA y a tasa subvencionada y por el volumen de oferta y agresividad de precios de la red de concesionarios y terminales -afirmó Hernán Dietrich, CEO de Grupo Dietrich-. Seguirá, pero puede haber dudas por algunas empresas cuyo resultado del negocio ya no es óptimo».
En las terminales, los más osados pronostican que podrían venderse 1.050.000 unidades en todo el año.
Fuente: La nación.