El país entero se conmocionó aquel 15 de noviembre de 2017 cuando el submarino ARA San Juan de la Armada Argentina había desaparecido. La noticia dio la vuelta al mundo. La confirmación -días después- de aquella “anomalía hidroacústica” convulsionó a los familiares de los 44 tripulantes, sembró un vacío irreparable en la historia de las fuerzas armadas y originó la herida de una tragedia que incluso hoy, tres años después, sigue abierta, vigente, sin verdad ni justicia.
El dolor y el tiempo de muchas familias está anclado a aquel 15 de noviembre. Si no fuera por la pandemia, seguirían hoy marchando por las calles, con frío, lluvia o calor, con las banderas que llevan los nombres de los 44 tripulantes, como las que abrazan el cerco perimetral de la Base Naval de Mar del Plata, donde hoy se realizará una nueva ceremonia en homenaje a los submarinistas.
El tercer aniversario de la tragedia conlleva un dolor potenciado por los recientes acontecimientos en torno a la investigación de lo sucedido con el ARA San Juan.
La querella mayoritaria de familiares de los tripulantes denunció al expresidente Mauricio Macri y al exministro de Defensa Oscar Aguad por el presunto encubrimiento del hundimiento, luego de que un miembro de la Armada -el contralmirante retirado Luis Enrique López Mazzeo- declarada ante la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia que el Gobierno de Cambiemos conocía la ubicación de la embarcación desde el 5 de diciembre de 2017, veinte días después de su desaparición.
Las declaraciones de López Mazzeo generaron indignación entre los familiares de los 44 tripulantes y escarbaron la herida.
Pero además, el 23 de septiembre pasado, la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Camaño, presentó ante la justicia federal de Mar del Plata una denuncia por espionaje ilegal realizado sobre familiares mientras el submarino aún permanecía desaparecido.
La noticia los desconcertó. Las familias lapidaron las maniobras de espionaje, al igual que el Gobierno. Son múltiples los elementos que permiten inferir que durante el gobierno de Mauricio Macri se espió a los familiares de las víctimas. La causa pasó recientemente al juzgado de Dolores a cargo de Alejo Ramos Padilla.
La falta de certezas luego de tres años, las mentiras y el encubrimiento que busca desenmascarar la justicia no hizo más que potenciar el dolor de las familias en la búsqueda de verdad y justicia.
En el marco del tercer aniversario de la desaparición del ARA San Juan, pidieron “que todos los argentinos se sumen al pedido por verdad y justicia” y “que la justicia haga su trabajo y quienes sean responsables respondan por sus delitos, como la ley y nuestra Constitución así lo exigen”.
“Sigo esperando a mi hijo”
Zulma Sandoval, madre del submarinista Celso Vallejos, contó que este tercer aniversario la encuentra con “muchas emociones encontradas”. Asegura que “sigue esperando” a su hijo, no sabe si algún habrá justicia paras las víctimas y este año además falleció su marido, ex combatiente de Malvinas e integrante de la Armada durante 38 años.
“Son muchas emociones cada día 15. Se te junta todo. Yo sigo anclada a el 15 de noviembre de 2017, al no haber tenido ninguna respuesta concreta en tres años”, dijo a LA CAPITAL.
Su hijo, Celso, siguió la vocación de su padre. Podría decirse que se crió arriba de un barco. Estudió en Puerto Belgrano y una vez casado se inscribió en el curso de submarinista y se especializó como sonarista, “los ojos y los oídos del submarino”, explica Zulma. Más tarde se sumó a la tripulación del ARA San Juan.
Zulma Sandoval junto a su hermano Claudio.
Este domingo Zulma Sandoval asistirá con su familia en la Base Naval a un nuevo acto en homenaje a los 44 tripulantes. Y por más que el tiempo pase, mantiene sus dudas y descree de las versiones oficiales.
“Siempre tuve la sensación de que al submarino lo habían encontrado y no nos querían decir nada. Cada uno tiene su teoría. Pero estas denuncias recientes por espionaje, que nos dolieron muchísimo, y el hecho de que conocían la ubicación del submarino me dice que algo de razón tenía”, afirmó.
“Yo no sé si mi hijo está o no está. Esa es la sensación que tengo, me va a llevar tiempo. ¿Y si está en algún lugar y algún día aparece? Yo sigo esperándolo. No sé, el tiempo me dirá”, reconoció.
La madre del submarinista Celso Vallejos sueña y exige que “se diga toda la verdad” y “que no se dilate más el tiempo y se sepa de una vez qué pasó, qué hicieron, cómo fue, por qué y que vayan presos los que tengan que ir; que haya justicia”.
“Yo no me la agarro con la Armada. Mi marido estuvo 38 años y combatió en Malvinas. La culpa no es de la institución, sino de las personas con nombre y apellido a su cargo, el gobierno anterior y los que estuvieron antes”, agregó.
Hay días que despierta creyendo que esa justicia llegará. Otros, se resigna a creer que habrá “justicia divina”, aunque tenga “otros tiempos”. Algunas veces, como en la previa de este domingo, Zulma siente que “no habrá justicia para los familiares ni para nadie en este país”.
“Hubo mucho destrato”
Alejandra Sánchez, hermana del tripulante Alberto Sánchez, comparte ese dolor frente a la falta de certezas. “Era la última navegación de mi hermano; tenía su último ascenso y se jubilaba”, contó.
Familiares del tripulante Alberto Sanchez, uno de los 44 “corazones de acero” del ARA San Juan.
“Hubo mucho destrato por parte del anterior gobierno, por su indiferencia y falta de empatía”, dijo y aseguró que más allá de todo, a los familiares no les ganarán por cansancio.
Para Sánchez, “la verdad de lo que pasó está a 900 metros bajo el agua”. Hace semanas promueve una juntada de firmas para poder avanzar en la entrega de un petitorio para declarar feriado nacional al 15 de noviembre.
Feriado nacional
Los familiares de los tripulantes lanzaron recientemente una petición para que se declare el 15 de noviembre como feriado nacional, día en el que se conmemora el aniversario de la desaparición y el naufragio del buque en el Atlántico Sur.
Fuente:lacapitalmdp