El paracaídas falló y provocó la tragedia: quién era el directivo de AySA que murió al saltar de una avioneta.
Héctor Vaccaro, que tenía una extensa trayectoria en la empresa, cayó en un campo por no haber podido activar el dispositivo de seguridad. Estaba haciendo el curso y era apasionado de los deportes extremos.
Como si se tratara de una ironía del destino, la última postal en sus redes sociales muestra a Héctor Vaccaro (61) feliz en el aire, dándole rienda suelta a su última gran pasión: el paracaidismo.
Vecino de Villa Devoto y directivo de AySA, donde llevaba cuatro décadas trabajando, murió en un accidente en el cuarto salto de los siete previstos en el curso que tomaba en el Club Escuela de Paracaidismo Lobos.
La tragedia: “Una parte del paracaídas se le enredó en el cuerpo”
El dispositivo falló luego de que Vaccaro realizara el salto desde una avioneta. El paracaídas no se abrió y el hombre murió en el acto tras caer en un campo aledaño al predio. La causa de muerte, tal y como lo determinó la autopsia, se debió a un “traumatismo encefalocraneano grave” y diversos “politraumatismos”.
Bianca (19), su hija menor, contó que Vaccaro se desestabilizó tras arrojarse en el aire y eso impidió que se abriera el paracaídas principal. “Había un segundo paracaídas que se abre a cierta altura y velocidad, pero una parte del dispositivo se le habría enredado en el cuerpo”, detalló a TN.
En el trágico hecho, cuyas causas todavía son investigadas, tomó intervención la ayudante fiscal local Gisela Dupraz, que labró actuaciones por “averiguación de causales de muerte”, mientras las pericias quedaron a cargo de la Policía Científica.
Los investigadores ordenaron el envío del cuerpo a la ciudad de La Plata para la autopsia. Intervinieron personal de la Ayudantía Fiscal de Lobos, de Policía Científica, del Comando de Patrullas Rurales del municipio y el SAME.
“Mi papá era una persona sencilla y muy activa. Le encantaba instruirse y tenía la habilidad de aprender muy rápido. Vivía resolviendo problemas”, describió Bianca.
Héctor Vaccaro también era padre de Juan Ignacio (25), y un apasionado de la música y el ajedrez, disciplina que desarrolló con participaciones en diferentes competencias profesionales.
“Saltar era su sueño, lo cumplió y después quiso hacer el curso”
En los últimos tiempos se había inclinado por los deportes extremos. Como parte de esas inquietudes realizó un curso de timonel de navegación y se formó como buzo profesional, hasta que el año pasado descubrió una gran pasión: el paracaidismo.
“Saltar en paracaídas era su sueño desde hace bastante, pero nunca se había animado. Una vez le dije que lo acompañaba y fuimos. Saltó una vez, luego una vez más y después quiso hacer el curso”,situó Bianca.
Y continuó: “A él le encantaba aprender de todo y nos motivaba a mí y a mi hermano a que hiciéramos lo mismo. Cada vez que lo necesitamos, mi papá estuvo ahí”.
Texto /fuente: TN.com.ar