Gracias a una iniciativa que fue aprobada por la comisión de Servicios Públicos. Durante los primeros seis meses se hará una prueba piloto.
Según el proyecto, los animales no podrán pesar más de 8 kilos y deberán viajar en receptáculos y bolsos para que no molesten a los pasajeros.
En un principio, se aplicará en cinco líneas que pasan cerca del Instituto Municipal de Salud Animal. «Lo que queremos con esto es que aquellos que menos tienen puedan llevar a su mascota a un centro de atención, para que no le salga más caro el traslado en un taxi o remís. Ese es el espíritu de la ordenanza», explicó el concejal impulsor del proyecto Carlos Cossia.
Acerca de las primeras inquietudes que surgen en la población ante esta nueva experiencia que todavía está en etapa de prueba, Cossia aclaró que «un rottweiler no va a subir al colectivo, pensar eso es desconocer el espíritu de la ordenanza».
Por su parte, el titular Unión Tranviarios Automotor (UTA), Manuel Cornejo, calificó de «descabellado» el proyecto porque «le resta capacidad al coche». «Y cuando se está hablando de mejorar el sistema para darle mayor confort al pasajero resulta ahora que queremos meter animales arriba del colectivo. Vamos a ser como en algunos países de Centroamérica, que llevan gallinas, perros o chivos. Me parece una locura», se quejó el dirigente gremial.
