Esta preocupante situación, en la que resulta imposible poder garantizar la continuidad de las prestaciones, se generó a partir del desbalance provocado por la suba del dólar, desmesurados aumentos en insumos, impuestos, cargas impositivas, cargas sociales y sueldos del personal, que no coinciden con el congelamiento de las tarifas de los servicios prestados, además de los atrasos en los pagos por parte de las obras sociales nacionales y provinciales.
A su vez, el sector se encuentra en pleno desarrollo y cumplimiento de sus respectivos convenios paritarios que no han contado con la suficiente financiación, sumado a que ahora se le impone el pago de un bono especial.
En este escenario, la estructura se vuelve insostenible para el conjunto de clínicas, sanatorios, centros de diagnóstico médico, laboratorios de análisis clínicos, Instituciones Psiquiátricas y Geriátricos que integran el sector. De hecho, en un efecto negativo que se advierte principalmente en el interior, cada vez son más las clínicas que se ven en la obligación de cerrar sus puertas, generando una reducción notable en la cantidad de camas disponibles para los pacientes.
Desde hace años, aunque sin éxito, CONFECLISA, ADECRA+CEDIM y CONAES, vienen advirtiendo la necesidad de resolver las cuestiones de funcionamiento y de financiación mencionadas. Sin embargo, en estos momentos, esas necesidades tienen rasgos más profundos y la gravedad ha acortado los plazos: los establecimientos registran no solo problemas de financiación sino también económicos.
A los efectos de salir ordenadamente de esta profunda emergencia, es imperioso que el Gobierno asuma la responsabilidad de instrumentar los mecanismos necesarios para salvaguardar el Sistema de Salud Argentino.
¿Cómo funcionan las instituciones médicas privadas?
- Están distribuidos en todo el territorio nacional prestando servicios a la comunidad las 24 horas del día, durante todo el año, con una estructura permanente y de alto costo.
- Emplea recursos humanos especializados de manera continua e intensiva.
- No se trata de agentes formadores de precios ni tampoco intermediarios económicos.
- Sus ingresos dependen de aranceles cristalizados y de condiciones financieras que les son impuestas.
- No perciben ningún subsidio, siendo los aranceles prestacionales su única fuente de ingresos.
- Requieren permanente inversión en equipamiento e infraestructura, debido a la alta tasa de cambio tecnológico.