Si alguna vez los perros fueron para el saber popular los mejores amigos de hombres y mujeres, en el 2019 ya nadie duda de que son integrantes estables, activos y reconocidos de las familias. Y es por eso que a la hora de elegir un destino para las vacaciones son también parte importante de la decisión de dónde pasarlas.
A apenas 100 metros del faro de Mar del Plata existe la primera playa de mascotas de la Costa Atlántica. Un espacio pet-friendly, en el que la arena y el mar son también sinónimo de un lugar pensado para que absolutamente toda la familia, incluidos los perros, puedan disfrutar de sus vacaciones.
La playa canina nació hace dos años en La Feliz y se convirtió en un punto de encuentro para los amantes de los animales. Cuenta, además de con todas las comodidades para los dueños, con pileta canina, plaza agility y de juegos, servicio de agua y refrigerio canino, duchadores caninos, pipi room, dispenser de bolsitas, palitas y desinfectante, hamacas para familia y perros, todo bajo la atenta mirada de personal especializado.
Para ser parte de la exclusiva playa los animales tienen que realizar un check in sanitario y un test de sociabilidad para garantizar su estadía, presentar libreta sanitaria al día (vacunas y desparasitación en no más de 3 meses) y un acta de compromiso de comportamiento y reglas de convivencia a realizarse en las instalaciones de Yes Playa Canina.
Según destacaron desde el balneario canino marplatense a Infobae las tarifas se adaptan a las necesidades de cada mascota en particular. Los precios comienzan desde los $1.000 pesos e incluyen para los dueños los servicios de Playas del Balcón: cochera, piscina, clases y recreación, vestuarios, servicios varios de gastronomía, bajada 4×4, canchas de tenis, paddle, fútbol y punto panorámico a los acantilados.
«Estamos en las mejores playas de Mar del Plata, en el sur, al lado del faro, bosque, médanos y todas las carpas con vista al mar en un entorno inmejorable», subrayaron desde el balneario. La playa canina es una iniciativa de Gabriel Sapienza y su esposa, que se cansaron de veranear y no poder llevar a su perro por las restricciones, así que decidieron hacer algo al respecto.