Axel Kicillof cuestionó la posición de la oposición frente a la Ley Impositiva y sugirió que la negativa a tratarla se debió a una discusión de cargos. Además rebatió los números que agita Juntos por el Cambio.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, acusó a la oposición de adoptar una «actitud irresponsable» y generar una «situación muy penosa» al no dar quórum para debatir en la Legislatura Bonaerense la Ley Impositiva para el 2020. Acompañado por Verónica Magario y el titular de la Cámara de Diputados, Federico Otermín, brindó una conferencia de prensa en la que invitó a la oposición a discutir y les pidió que dejen de lado «el marketing».
«Los habíamos escuchado decir que iban a tener una actitud de acompañamiento, responsable, de ayudar al gobierno y les duró nueve días la actitud de dar gobernabilidad», arrancó Kicillof, en referencia a la negativa de Juntos por el Cambio a debatir la iniciativa.
Explicó también de qué se trata el proyecto de ley, desmintió que se trate de un «impuestazo» y acusó a medios de comunicación y oposición por instalar esa idea. «Estamos ante una maniobra política para no darle al nuevo gobierno la ley impositiva», disparó.
En ese sentido, explicó que «el impuesto inmobiliario está subiendo, en promedio, lo mismo que la inflación del año pasado» y defendió la «progresividad» del aumento de impuestos propuesto por el Poder Ejecutivo. «Para aquellos propietarios de propiedades más valiosas hay un aumento mayor y los de menor superficie tienen un aumento menor a la inflación», agregó.
Uno de los principales puntos cuestionados por la oposición es el aumento del 75% del impuesto inmobiliario para los sectores de mayores recursos. «En el caso del impuesto inmobiliario rural, el 75% es para doscientos propietarios de más de dos mil hectáreas. Si pagan en una cuota tienen 20% de descuento», explicó.
Sobre el impuesto inmobiliario urbano, el Gobernador detalló que de los 4 millones y medio de contribuyentes «el 94% pagaría un aumento anual de hasta 7.500 pesos, en el que la mitad es mil pesos». «Este es un impuesto que en términos de recaudación no es sustancial, representa el 4% de todos los ingresos de la provincia, es un impuesto diminuto pero es el más progresivo», defendió.
«El proyecto implica bajar los impuestos en términos de poder adquisitivo porque es más alto para los que pueden pagar», remarcó.
Sobre las quejas de la oposición por la suba de impuestos, sostuvo que «la indignación tiene que ser por el desastre inflacionario que hizo Macri el año pasado». «Ahora dicen estar defendiendo los intereses de todos los sectores que mandaron al desastre», expresó y agregó que «me hubiera encantado ver esta garra para defender a la clase media cuando le ponían un tarifazo del dos mil por ciento».
Por otro lado, apuntó contra el manejo político de la oposición sobre el debate. «Trabajen, legislen, los bonaerenses no queremos más show», dijo y manifestó que «nunca quisieron negociar ni dialogar, querían este hecho político». «Este gobernador no va a aceptar extorsiones para aprobar leyes», setenció, en referencia a una presunta presión opositora por incluir como parte de la negociación un conjunto de cargos que le corresponden por ley.
Por último, apuntó contra María Eugenia Vidal y sus colaboradores más cercanos, a quienes les recriminó que no «estuvieran más cerca» durante la instancia de negociación. «La ex gobernadora está en París, no está, su jefe de Gabinete no está. No hemos tenido claridad en los interlocutores», señaló y concluyó que «no obstaculicen el intento de un gobierno por arreglar los problemas, atendiendo primero a los que más necesidad tienen».