Los galardonados han explicado «cómo plantas, animales y humanos han adaptado el reloj biológico» para «sincronizarlo con las rotaciones de la Tierra», lo que se aplica tanto al «jet lag» que causan los viajes transatlánticos en avión como para la función clorofílica de los vegetales.
Este reloj adapta la fisiología de forma «drástica» a las distintas fases del día, al denominado ciclo circadiano, regulando desde la conducta a los niveles hormonales, la temperatura corporal o el metabolismo, explicó el jurado en su fallo.
Los científicos galardonados aislaron el gen que controla el ritmo biológico diario al codificar una proteína que se acumula en las células durante la noche y se degrada durante el día, indicó la agencia española Efe. Además, identificaron componentes adicionales de las proteínas que influyen en el reloj interno de las células, apuntó la argumentación del Instituto sueco.