Argentina, en un terrible deja vu de crisis pasadas, se precipita una vez más hacia el abismo económico». Así arranca el artículo publicado ayer en el diario norteamericano The Washington Post que predice un triunfo de la fórmula Fernández-Fernández y un regreso del peronismo al poder: «Aquí vienen los peronistas, otra vez».
Con fuertes referencias populares, testimonios y estadísticas, el periodista Anthony Faiola, corresponsal para América Latina sentencia: «Los peronistas, los herederos de la compleja maquinaria política populista lanzada en la década de 1940 por Juan y Eva Perón, están listos para un regreso masivo».
A la fórmula del Frente de Todos, Faiola la describe como la «favorita», compuesta por una expresidenta «manchada de corrupción» y un «menos conocido», Alberto Fernández. Desde una parrilla llamada «Santa Evita», el periodista entrevista al propietario, Gonzalo Alderete Pagés, quien indica que la candidata a vicepresidente es «la continuación de Evita» y que «los peronistas no fallan».
En una dura comparación con la región, el artículo describe una «mezcla tóxica: una coalición de una clase media desilusionada, los jóvenes de izquierda y un pobre cada vez más enojado» que afecta a América Latina y que genera los disturbios en los países cercanos: Ecuador, Chile y Bolivia.
A la gestión del actual presidente, Mauricio Macri, la compara con la de su par de Ecuador, Lenin Moreno, por el recorte de subsidios y la búsqueda de ayuda en el Fondo Monetario Internacional. «Pero los frutos del trabajo de Macri son una economía fallida que ahora está más moribunda que la que heredó», argumenta.
En consecuencia, el periodista dice: «Si Macri pierde el domingo, también probaría una teoría: que solo la máquina peronista áspera y respaldada por el sindicato puede realmente gobernar la Argentina rebelde».
El artículo describe los años kirchneristas y las denuncias de corrupción: » Se alega que Kirchner falsificó datos financieros, allanó fondos de pensiones, repartió folletos sociales y solicitó sobornos, incluso mientras forjaba lealtades con aliados como Hugo Chávez, el padre del estado socialista de Venezuela. Aunque goza de inmunidad contra el encarcelamiento como senadora, la izquierdista de 66 años (Cristina) ha comenzado la campaña con casi una docena de casos criminales en su contra», describe Faiola.
Además, intenta explicar el fenómeno peronista y sugiere: «Para comprender la oleada peronista, conduzca una hora y media más allá de los edificios de la belle epoque y los balcones de estilo parisino del elegante Buenos Aires hasta el suburbio de bajos ingresos de José C. Paz». Ahí, el periodista entrevista a dos empleados que aseguran haber votado por Macri en 2015 y que, cansados del ajuste, votarán al candidato peronista.
Martínez votará por la fórmula peronista, frustrado con la gestión del presidente Mauricio MacriMartínez votará por la fórmula peronista, frustrado con la gestión del presidente Mauricio Macri Fuente: Archivo – Crédito: Anthony Faiola / Washington Post
Según cuenta Faiola, Sebastián Martínez, operador de maquinaria pesada de 38 años y su esposa, Yanina Sánchez, «mordieron la mano que los alimentaba» ya que en 2009 recibieron personalmente las llaves de su nueva casa construida por el estado del entonces presidente Kirchner y «disfrutaron de los subsidios» al gas y la electricidad.
El trabajador indica no haber votado a Cristina en 2015 «porque no estaba en la boleta» y porque «creía que Macri cambiaría Argentina». Martínez perdió su trabajo y ahora vive de recolectar basura, cuando no consigue «changas».
«Esto es lo que Macri nos ha hecho», dice el hombre mientras sirve un plato de comida en la mesa. «Sé que Cristina roba. Pero al menos estábamos mejor con ella «, sentencia y finaliza el artículo.