Son miles los argentinos varados que están sufriendo. Sufren porque no tienen respuesta. Sufren porque se les terminan los recursos. Ayer, el presidente Alberto Fernández anunció la suspensión de vuelos de repatriación. La noticia cayó como una bomba para los que se encuentran varados en Estados Unidos y estaban a la espera de un pronto regreso.
«Hemos decidido no ingresar más gente , por lo que le he instruido al canciller [ Felipe Solá ] que ayude con recursos a los que están en el exterior hasta que podamos ordenar este tema» , dijo el mandatario, y añadió: «En lo inmediato, salvo algún caso excepcional que lo justifique, van a tener que quedar esperando el momento del regreso».
Muchos desangran sus ahorros para mantenerse en pie en un país que no es el suyo. La situación para los argentinos en Estados Unidos es desesperante: desde hace días luchan contrarreloj para volver, pero les ha sido imposible. A miles de kilómetros de distancia leen los comentarios de quienes los critican y los insultan, y les duele. Les duele la falta de solidaridad y empatía, dicen.
Según pudo saber LA NACION , en Cancillería estuvieron hasta largas horas de la noche para avanzar con la definición de medidas que beneficiarían a los varados. Esta mañana todavía continúan ultimando detalles antes de hacer los anuncios.
Los últimos días, Fernández expresó su enojo con quienes viajaron a zonas de riesgo cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya había declarado al coronavirus como una pandemia. Pero muchos de los varados no entran en esa categoría. Algunos por estudio, otros por trabajo y muchos por placer quedaron detenidos en una especie de burbuja y sienten que no tienen a quién acudir.
LA NACION habló con decenas de varados en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos. La mayoría comparte un grupo de WhatsApp en el que se actualizan novedades y se dan consejos para cumplir con el objetivo más deseado: estar en casa.
Estas son sus historias.
Melisa Muñoz (34 años) y Ezequiel Campos
Melisa Muñoz y su pareja, Ezequiel CamposMelisa Muñoz y su pareja, Ezequiel Campos Crédito: Gentileza
Ella es agente de viajes. Desde el grupo de WhastApp Argentinos Varados en Nueva York participa y contribuye mucho gracias a sus conocimientos del mercado del turismo comercial. Viajó a San Francisco, California y Nueva York junto a su pareja, Ezequiel Campos, el último diez de marzo con la esperanza de emprender la vuelta ayer. Eso no fue posible.
Con sus ahorros, Melisa y Ezequiel aprovechan para comprar comida mientras se hospedan en la casa de un amigo que hace más de veinte años vive en Long Island, a una hora de Manhattan. «Lo más difícil es transitar el miedo, es leer lo que dicen de nosotros en nuestro país», confesó la especialista en Turismo , quien remarcó que además deben esforzarse por darle tranquilidad a sus amigos y familia que esperan su regreso. «Las noches son difíciles», subrayó.
Melisa contó que si bien sabía del avance del coronavirus en Europa, no fue consciente de la situación que se esperaba. Desde el momento en que el presidente Alberto Fernández anunció por cadena nacional la cancelación de vuelos desde Estados Unidos, la agente de viajes se movió para conseguir un avión que los trajera a casa. La operación, hasta ahora, no ha sido un éxito.
«Hoy, para nuestro país los que estamos afuera somos delincuentes, somos infectados», dijo Melisa con cierta resignación , y explicó que ella es joven y puede esperar, pero hay personas mayores y niños que todavía están lejos de sus casas y necesitan volver.
«No nos abandonen porque un par de estúpidos no cumplieron la cuarentena; no nos abandonen porque piensan que temenos que tener dinero para quedarnos», dijo , y remarcó que la Argentina solidaria debe ser para todos.
Y cerró: «No todos los viajeros tienen dinero para quedarse, no somos unos chetos».
María (30 años)
Viajó por una beca de estudios en agosto de 2019 . Dejó a su marido y a su familia en la Argentina para poder trabajar parte de su doctorado en una prestigiosa casa de estudios en Nueva York. «Viajé haciendo un esfuerzo personal significativo, cuando el virus ni estaba cerca de empezar. Por eso me resulta un poco injusta la caracterización generalizada de ‘irresponsables’ que muchas veces hacen algunos», contó.
Su regreso oficial está pautado para abril, en un vuelo de Aerolíneas Argentinas, pero -después del anuncio de suspensión de vuelos- todavía no sabe si podrá volar. Mientras, María se hospeda en el alojamiento que le da la universidad, pero el próximo mes se le termina, lo mismo que el estipendio que recibía de su casa de estudios.
«Necesito volver sí o sí en abril porque se me acaban los recursos», señaló la joven a este medio, y añadió: «Entiendo perfectamente la magnitud de la situación, y creo que el Gobierno tienen la actitud acertada; están haciendo esfuerzos muy grandes por abordar el problema, pero quizás sería bueno poder tener una comunicación más fluida».
Por último, María destacó la gravedad del problema financiero que representa ser forzado a quedarse en el exterior. » Hoy se sigue aplicando el 30% del impuesto PAIS a las compras con tarjeta de crédito. Si una persona está forzada a quedarse más tiempo y tiene que pagar por servicios esenciales, como alojamiento o alimentos, para ese plazo ‘extra’, cargar con el 30% hace la situación financiera mucho más complicada».
Juana Molli (26 años)
La artista electrónica, Juana MolliLa artista electrónica, Juana Molli Crédito: Gentileza
Ella tenía el sueño de hacer su primer viaje sola a otro país. Juana es artista, y el 17 de diciembre de 2019 se subió a un avión que la trajo a Nueva York . Poco se imaginaba que tres meses más tarde seguiría en esta ciudad sin saber cómo ni cuándo volver.
«Me estoy quedando en la casa de unos conocidos», contó, y confesó que tras pedir ayuda al consulado, le indicaron que fuera a dormir al aeropuerto.
Sus recursos son escasos, y la situación la tiene entre nervios y angustia. «Estoy muy corta de dinero, y encima acá todo es muy caro. Mis compañeros de cuarto me ayudan con los gastos de comida», dijo, y reveló que también hizo averiguaciones en en centros que entregan comida para gente de bajos recursos, pero la mayoría son sólo para residentes , y que sus amigos la ayudan con sus finanzas.
» Es mucho estrés no saber cuándo volver. Tengo miedo a enfermarme porque hasta mi seguro médico ya caducó y la atención médica acá es carísima», expresó Juana, quien rescató y resaltó la hospitalidad de la gente en Nueva York.
Mercedes (35 años)
Después de lo que considera un largo año, Mercedes decidió viajar a Nueva York con su madre jubilada para disfrutar de unas vacaciones juntas. Aterrizaron en el aeropuerto John F. Kennedy el 8 de marzo, y desde entonces espera volver a casa.
«Cuando comenzó el cierre de fronteras ella [su madre] consiguió volver, yo no. Mi fecha de regreso se reprogramó para el 11 de abril, pero ya me dijeron que está cancelado» , contó la mujer, quien detalló que debe volver antes de mayo.
Hasta ahora, amigos en Nueva York le han podido facilitar el hospedaje, pero siente que está a la deriva. «El consulado cerro sus puertas para atender consultas, sólo a veces contestan el teléfono y cuando lo hacen te dicen que ellos no pueden hacer nada, que ‘ajo y agua'», reveló a este medio.
La mujer expresó su descontento con las decisiones de la administración de Alberto Fernández, y las comparó con las de otros países. «Si bien en países de primer mundo como Estados Unidos y Australia las fronteras están cerradas para turistas, podés volver a tu país perfectamente», argumentó.
Para Mercedes, lo primordial es poder volver a casa para ayudar a sus padres en este momento de crisis.
Andrés Padilla (22 años) y Julieta Moron (22 años)
Su primer gran proyecto juntos como pareja: el último año, A ndrés y Julieta decidieron que viajarían a Estados Unidos para hacer una temporada con el programa Work and Travel en el centro de ski Big Sky, en Montana.
Viajaron el 27 de noviembre de 2019 y emprendieron una aventura de sueño que termina en pesadilla sin fecha de regreso. » American Airlines canceló tres veces nuestro vuelo, y ahora directamente no hay vuelos a la Argentina» , contó Andrés a este medio, quien detalló que tienen la suerte de hospedarse en la casa de su tío en San Diego, California.
El programa por el que habían viajado Andrés y Julieta se suspendió antes de tiempo por el coronavirus, y desde entonces esperan poder volver. » Todo es incertidumbre «, aseguró
Franco Herrera (19 años)
Crédito: Gentileza
La situación de Franco es terrible: está cerca de terminar en la calle . Desde California explicó a LA NACION que llegó solo a Estados Unidos a fines de 2019 para participar del programa Work and Travel.
Desde entonces, el programa se vio interrumpido por la crisis sanitaria, y aguarda poder volver a casa sin siquiera saber cuándo. «Con mis compañeros -somos ocho en la misma situación- alquilamos una casa, pero la tenemos hasta fin de mes. Después quedamos en la calle» , contó, y describió que las compañías aéreas no le han podido dar una solución, sólo le ofrecieron dejarlo varado en Uruguay o Brasil.
«No he recibido ningún tipo de respuesta. Lo económico también es muy difícil por los altos costos, y más cuando ahora estoy sin trabajo» , comentó Franco.
La situación lo tiene con mucha angustia y tristeza. «Tengo que estar en este país un mes más de lo previsto, sin plata. Es una situación horrible», concluyó.
Iván D’Amario Tomasello (21 años) y Camila Carabajal (21 años)
Crédito: Gentileza
«Si esta situación se extiende un mes, no sabemos cómo vamos a sobrevivir» . Iván y Camila denotan el nivel de preocupación que manejan. Viajaron a Estados Unidos por vacaciones el 10 de marzo, y ahora esperan desde un departamento en Nueva York una fecha de posible regreso, que en origen era el 24 de marzo.
Al igual que la enorme mayoría de los argentinos varados en Estados Unidos, todavía desconocen cuándo van a poder volver . La incertidumbre es reina en esta guerra contra el coronavirus. «Si esto sigue empeorando en la Argentina, creemos que seguiremos afectados los que quedamos fuera del país», sostuvo Camila, con mucha preocupación.
«Sé que la duda de muchos en la Argentina es por qué uno viajó igual pese a que ya se sabía del avance del coronavirus. En nuestro caso, -para cancelar vuelos, hospedajes y demás cuestiones ya pautadas- nadie nos reconocía nada. Al momento de nuestro viaje, en la Argentina se decía que era imposible la llegada del virus, y días más tarde se declaró la pandemia «, contó Camilia, y remarcó: «Recién ahí fue que las compañías comenzaron a reconocer las cancelaciones; claramente no corrimos con esa suerte».
Por: Domitila Dellacha