Finalmente se dio la lógica y Rafael Nadal, en un alto nivel, aplastó a Kevin Anderson en sets corridos. Fue por 6-3, 6-3 y 6-4 en casi 2 horas y 30 minutos. Es el título 16 de Grand Slam del español y el tercer Abierto de Estados Unidos que conquista. Antes había ganado en 2010 y en 2013, ambas ante Novak Djokovic. En esta ocasión fue ante el sudafricano Anderson, que jugó por primera vez una final de Grand Slam. «Como a todos, le ha costado volver. Concretamente una temporada, pero cuando se lesionó ya era un jugador que estaba entre los diez mejores del mundo», recordó. Kevin Anderson era un ‘top ten’ en octubre de 2015 cuando le persiguieron las lesiones en la rodilla, el tobillo y el hombro.
Nadal había desmantelado en semifinales al argentino Juan Martín del Potro, el jugador más popular del torneo, que a fuerza de coraje y entrega caminó todo el torneo, pasando incluso por encima del gran Roger Federer en cuartos.
Anderson lo había tenido más fácil ante Pablo Carreño Busta, el español que había llegado a semis sin perder un set, pero fue desbordado por el saque del gigante sudafricano. El número uno del ránking ATP lidera los enfrentamientos con Anderson en el circuito ATP por 5-0.