«El año de ISIS y de Donald Trump», sintetiza un editorialista del New Yorker, mientras que Slatetitula: «Adiós 2015, por fin». «No es fácil ser optimista en este último día de un año terrible», dice por su parte el semanario francés Le Point.
Año de contrastes, en el que se pasó casi sin transición de debatir en Internet por el color de un vestido a conmoverse por la muerte de un niño sirio en las playas de Turquía.
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Si se repasan los artículos más visitados de la mayoría de los medios del mundo es fácil constatar que no se trata de buenas noticias. «Los 15 más leídos del NouvelObs 2015 son también los más tristes», dice Le Nouvel Observateur antes de citar algunos de esos títulos. Por ejemplo: «Una rosa frente al Bataclan, a un mes de los atentados», en referencia al ataque contra la sala de conciertos en París el 13 de noviembre.
No hay duda de que para Francia fue un año colocado bajo el signo de los ataques terroristas en su territorio y de la lucha contra Estado Islámico en el mundo.
El semanario recuerda que uno de sus editorialistas, Vincent Jauvert, escribía hace unos meses: «Quizás la historia retenga, Dios no lo quiera, que el tercer conflicto mundial debutó, calladamente, el miércoles 30 de septiembre de 2015». Hacía referencia a la entrada de Rusia en la guerra civil siria y a una mayor implicación del ejército saudita en Yemen, un tercer escenario de su enfrentamiento con su archienemigo Irán.
El papa Francisco situaría esa fecha –si hay una precisa- mucho antes: para él, eso es lo que está pasando en el mundo desde hace tiempo.
Otro duro titular muy leído fue el del testimonio de una joven yazidí secuestrada por Estado Islámico, en el marco de las violencias de toda clase contra la población de Siria y del norte de Irak por parte de la organización terrorista: «A veces era vendida. A veces me ofrecían como un regalo». Un relato que hace recordar que las jóvenes estudiantes secuestradas por Boko Haram en 2014 no fueron rescatadas aún.
El año en Francia se abrió y cerró con atentados, de Charlie Hebdo y el supermercado Kasher en enero a los ataques simultáneos del 13 de noviembre contra bares, restaurantes, una sala de conciertos y el Stade de France.
«TURQUÍA, EGIPTO, LÍBANO, MALI Y TÚNEZ NO RECIBIERON EL MISMO IMPULSO DE SOLIDARIDAD QUE FRANCIA» (LES ECHOS)
Es entendible que los comentarios sean lúgubres en la prensa europea y francesa en particular –aunque el Nouvelobs cierra con un «¡Feliz Año pese a todo!»-, si se considera que además los festejos de Año Nuevo se hacen bajo amenaza y estricta vigilancia, cuando no se han cancelado como en Bruselas.
La prensa gala rescata también la solidaridad mundial co Francia tras los atentados, pero señala: «En un mes, Turquía, Egipto, Líbano, Mali y Túnez [que también padecieron ataques terroristas] no recibieron el mismo impulso de solidaridad» (Les Echos).
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Un año de «guerra mundial a pedazos» –Francisco dixit-, crisis migratoria, crisis económica, exabruptos de Donald Trump, debate climático…
Algunos intentan sacar lecciones de lo sucedido en este año en que «la Historia, con H mayúscula, se nos vino encima», como dice Titiou Lecocq, la autora de la citada nota de Slate.
Vale la pena citar un párrafo: «Este año, la geografía real se mostró muy diferente a nuestras geografías mentales. Así, el Africa no es un continente alejado; está justo enfrente. Medio Oriente no es otra galaxia. Bastan pocos días para venir a pie desde Siria. Y además, está la geografía tecnológica. Con el desarrollo de los medios de comunicación, los habitantes de aquellas regiones nos ven. Antes, el telespectador europeo frente a su pantalla veía sufrir a los otros. Ignoraba que aquellos también lo veían. Veían nuestro modo de vida, veían que la mayoría de nosotros tiene calefacción y comida, que no hay bombarderos en nuestro cielo y que nuestros niños van a la escuela. Entonces, ¿por qué no también él? ¿Por qué él y su familia no pueden tener derecho a la misma cosa?».
También The New Yorker busca moralejas en las contrariedades, como por ejemplo la irrupción de Donald Trump en la escena. John Cassidy pasa revista a los artículos del año que ayudan a entender al personaje y termina coincidiendo con su colega Frank Rich, para quien Trump sería el elemento extraño que lleva al organismo a desarrollar anticuerpos; como una vacuna. Su «personificación de un payaso cripto-fascista» atrae la atención del público sobre los debates y sobre todos los temas relevantes de la democracia.
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Cassidy recomienda también el informe de Christoph Reuter publicado por Der Spiegel en abril 2015 «The Terror Strategist,» que reveló el organigrama, la metodología y los objetivos de ISIS.
Un millón de refugiados cruzaron el Mediterráneo en 2015
Esta crisis es mencionada por todos. Las cifras, que marcan un dramático incremento de este movimiento migratorio, las dio el Alto Comisionado para Refugiados de la ONU. Octubre fue el mes pico para la llegada a Europa de estos inmigrantes a través de Grecia y Turquía principalmente. En 2015, el flujo migratorio fue cuatro veces mayor que el registrado en 2014 (216.000 personas).
Casi la mitad de ellos son sirios que huyen de la guerra civil. Desde 2011, más de 4 millones de sirios han dejado su país.
El 25 por ciento de los refugiados son niños; es decir, uno de cada cuatro. La travesía del Mediterráneo es con frecuencia fatal. Hubo menos muertos y desaparecidos en el mar que en 2014, pero la cifra sigue siendo estremecedoramente alta: 3.735 personas.
En contraste, la humanidad sigue dando pasos adelante en los científico aunque retroceda en lo social y humanitario. Así somos. 2015 fue un año de progresos en el espacio: estamos más cerca de llegar al planeta de mayor tamaño del sistema solar, Júpiter, ya que el año próximo la sonda Juno, lanzada en 2011 por la Nasa, entrará en su órbita. Más concretamente, el 4 de julio, y no por casualidad. Y el 2015 no se quedó atrás: la sonda New Horizons, también de la NASA, nos mostró cómo es Plutón, fotografiándolo al pasar a su lado.
Pese a todo, la bondad humana
Casi todos los editorialistas, afirma Le Point, miran con alivio la conclusión de un año marcado por la violencia terrorista, la mayor emergencia migratoria desde la segunda guerra mundial y una crisis económica que no termina de ser superada. Sin mencionar una regresión al racismo que se expresa en fenómenos políticos como la ya citada irrupción de Donald Trump o el ascenso del Frente Nacional en las elecciones departamentales de Francia.
Hay una excepción: fiel a su esencia, La Croix, el diario católico francés que conoce un nuevo esplendor desde que Francisco es Papa, elige poner el acento en la bondad humana que se manifiesta en los momentos de dolor. Destaca en especial a todas las personas que se arriesgaron para proteger a los sobrevivientes de los ataques del 13 de noviembre abriendo sus puertas para cobijarlos.
Los brutales ataques en París dejaron al menos 153 víctimas fatales
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Les Echos, medio especializado en economía, hace un repaso del año a través del abecedario. La letra C, por ejemplo está dedicada a la COP21, la conferencia del clima que convirtió a Paris en centro de atención mundial durante varios días y concluyó con un histórico acuerdo.
La «I» es para el iPhone, porque Apple volvió a batir todos los ´records mundiales de venta.
La «N» de nulo evoca la crisis de la FIFA y el procesamiento de su titular Sepp Baltter y otros directivos en un caso al que no le falta nada: escándalo, traiciones, caídas.
La «P» es para Vladimir Putin y el resurgir de Rusia como actor global. El presidente ruso mostró sus músculos en Ucrania y «hoy aparece como una solución inevitable en la lucha contra ISIS».
Reuters
«S», como Syryza lleva al repaso de la crisis griega y de la figura de su primer ministro Alexis Tsipras.
La «U» es para Uber, la aplicación que revolucionó el transporte, símbolo de la economía colaborativa y que amenaza contagiarse a otros servicios.
La»V», para Volkswagen por el escándalo que estalló al saberse que falseaba sus resultados en materia de emisiones contaminantes.
Y la «F», qué duda cabe, es para el papa Francisco. «¡Qué ícono! Se posiciona como un papa en ruptura. Un comunicador fuera de serie que domina los códigos de la imagen a la perfección». Fue para el pontífice argentino el año de la Laudato Si, su encíclica sobre medio ambiente, y una gira sudamericana, en lo pastoral, y de la mediación entre Cuba y Estados Unidos en lo diplomático. Sin olvidar su visita a Estados Unidos que lo consolidó como el líder extranjero más respetado en ese país.
Reuters
«Año excepcionalmente tumultuoso», dice The Economist, «incluso con los parámetros de la era post 11 de setiembre». «En 2015 la guerra en Siria se descontroló –sigue diciendo el artículo que resume al año en 10 tapas del semanario-, Estado Islámico se volvió más militante y la estrategia en Medio Oriente más incomprensible. Europa fue testigo del mayor flujo de inmigrantes desde la Segunda Guerra Mundial, de ataques terroristas sin precedentes contra ciudadanos parisinos y de un continuado ascenso de la beligerancia rusa. En Estados Unidos, violencia policial, crímenes con armas y el movimiento por la justicia social alcanzaron nuevos picos. América Latina le dio la espalda a los populismos de izquierda, las economías emergentes dijeron alto (…) Volskwagen fue atrapado falseando sus resultados sobre emisiones contaminantes, (…) y Sepp Blatter, el mandamás del fútbol mundial, quedó investigado por corrupción. Aún así, no todas fueron malas noticias: Irán accedió a suspender su programa nuclear, Estados Unidos empezó el proceso de normalizar sus relaciones con Cuba [y] en los últimos días del año, los políticos del mundo se reunieron para enfrentar el calentamiento global».
La portada de The Economist tras los atentados de noviembre en París
Para esta región del mundo la mala noticia es la desaceleración de China. «2015, annus horribilis para las materias primas -titula América Economía-: el mercado comparte tres tribulaciones: una sobreoferta, una demanda más débil y la expectativa de un incremento de las tasas de interés por parte de la Fed».