Se trata de un pueblito austríaco de menos de 800 habitantes que recibe unos 10 mil turistas por día, que van para conocer el lugar que inspiró el reino ficticio de la saga de Disney. Los visitantes vuelan drones sin autorización y hasta entran a casas sin permiso
Acunado entre montañas y con encantadoras casas color pastel que se ven reflejadas en un inquieto lago, Hallstatt posee una belleza que parece imposible. Quizás por eso es que fue la fuente de inspiración para Arendelle, el ficticio reino de la saga de Frozen, la película de Disney que puso este pueblo en el radar del turismo mundial y que se convirtió en su perdición.
Ubicado en una superficie angosta entre el homónimo lago y las montañas Salzkammergut (es tan pequeño que su ceremonia anual del Corpus Christi se tiene que hacer en botes), la localidad tiene una población de apenas 778 personas, según datos del último censo, realizado en el 2018. Sin embargo, debido al éxito inusitado de la película animada que sigue las aventuras de Elsa y Anna, recibe una horda de 10 mil visitantes por día.
Es tal la cantidad de fanáticos del filme de Disney que arriban a este lugar, que su alcalde, Alexander Scheutz, tuvo que salir a pedir públicamente que la gente deje de ir a Hallstatt, ya que no están preparados para recibir tantos turistas.
Este destino era antes un pueblo pacífico -Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1997-, mientras que hoy se encuentra transformado en un centro turístico repleto a toda hora de visitantes que se sacan selfies, vuelan drones y hasta entran a los hogares de los residentes para usar sus baños, sin pedir permiso.
Según publicó el Daily Mail, el dueño de un café aseguró: “Mi mamá se despertó un día y se encontró con unos turistas chinos en su habitación”. La mayoría de los visitantes que arriba a este pueblo austríaco desde que se lanzó la primera película de Frozen en el 2013 proviene de países asiáticos. Los locales temen la repercusión turísticas que pueda provenir de la segunda parte de la saga, que salió en la Argentina a principios de enero de este año.
Scheutz pidió por favor que los turistas no vayan a Hallstatt, y hasta decidió cerrar varios caminos que dan acceso al pueblo en un intento desesperado de imposibilitar el ingreso. “Hallstatt es una pieza importante de la historia de la cultura, no un museo”, afirmó. “Queremos reducir un tercio el número de visitantes pero no tenemos una manera de hacerlo, realmente”.
Su popularidad en países asiáticos se debe también a su aparición en un programa de viajes en la televisión coreana en el año 2006. Incluso, un mega millonario chino gastó casi mil millones de dólares en el 2011 para crear una copia idéntica en su país de origen. Sin embargo, su fama explotó luego del lanzamiento de Frozen. Pronto, sus imágenes se hicieron virales en Instagram.
Hallstatt atrae actualmente seis veces más de turistas per cápita que Venecia. En verano especialmente, el pueblo se llena de autos, micros y grupos turísticos. Una habitación de hotel puede reservarse por precios que van desde los 320 dólares hasta los 460 por noche.
El pintoresco pueblo debe su existencia al rico depósito de sal en la montaña de Hallstatt. Hace 7000 años, cuando los humanos prehistóricos de Hallstatt comenzaron a tomar la sal de la mina del mismo nombre. Los ricos hallazgos en Hallstatt y el valle superior de Hallstatt le dieron a este pueblo un reconocimiento internacional; incluso hoy en día todavía se hacen descubrimientos en la montaña de sal de Hallstatt.
Entre los lugares de interés más hermosos se encuentran la mina de sal más antigua del mundo y el osario en Hallstatt, un romántico paseo en bote por el lago Hallstatt, un viaje al impresionante mundo de las cuevas en Obertraun y una visita al lago Gosau con el poderoso glaciar Dachstein. Además, Bad Goisern es popular en el verano entre los excursionistas y ciclistas. En invierno, los huéspedes son atraídos por las áreas de esquí de Dachstein West en Gosau y el Ski and Freeride Arena en la vecina Obertraun con perfectas condiciones de pendiente.