Cumplir años hace, casi de manera inevitable, repasar y evaluar lo vivido y plantearse nuevas metas. Y con mucho más énfasis si quien celebra un aniversario de su nacimiento se acerca a los 50 años.
Es que, cuando la vida promedia, vale el replanteo de lo hecho y lo que todavía queda por cumplir. Se trata de una fecha simbólica para reflexionar y evolucionar.
Pero no sólo en el cumpleaños o aniversario propio alguien cuestiona sus vivencias, sino también en los ajenos. Allí se envidia o admira lo que los demás consiguieron, y se acumula aún más material para juzgar en qué posición se encuentra uno mismo. Esta es una fuente interminable de información que, según cómo encuentre biológica y espiritualmente a cada persona, puede transformarse en aceptación o sufrimiento.
«Si pudiéramos distinguir que no estamos obligados a realizar una autoevaluación, podríamos ver también que está en nuestras manos cómo realizarla. Y apoyándonos en lo que aprendimos y aceptamos, revisar el grado de satisfacción o angustia que proporciona este análisis, que estará ligado también a las propias creencias y compromisos», analizó Juan José Arévalo, máster coach profesional en MyC Consulting, para quien «de la relación y el vínculo que se tenga con uno mismo saldrá la forma en la que se recorrerá esta etapa, que suele resultar diferente para todos los seres humanos».
LA EVALUACIÓN SOBRE LO QUE SE DEBERÍA HABER OBTENIDO EN EL PASADO APARECERÁ A LA HORA DE CALCULAR LO QUE SE LOGRÓ HASTA EL MOMENTO
Para él, cuando alguien se siente promediando su vida, «las expectativas suelen colaborar con los estados de ánimo». «La evaluación que hayamos realizado en el pasado de lo que deberíamos haber obtenido (autos, casa, pareja, poder, etc.), aparecerá a la hora de calcular lo que hemos logrado hasta el momento», enfatizó.
Es decir que, el momento es cuando cada uno crea haber llegado al promedio de su vida, o al promedio de la vida activa en un determinado ámbito, como ser el deportivo, laboral, etc.
«Debemos evaluar que existen condiciones fijas del grado de aceptación, como ser la influencia de nuestros padres, o de felicidad, que determinan cómo estamos viviendo. Y, a su vez, hay factores externos como, por ejemplo la suerte, que pueden afectar nuestras vidas -consideró Arévalo-. Sin embargo, a la hora de proponernos cómo seguir, nuestra aliada más importante es la voluntad. A partir de ella podemos fijar nuevos rumbos, y definir cuáles compromisos dejaremos atrás y cuáles nos acompañarán en el camino que nos queda».
Famosos que este año cumplen su medio siglo de vida
Las actrices Salma Hayek, Cindy Crawford y Robin Wright (la mujer de Frank Underwood en House of Cards) son sólo algunas de las celebrities del mundo que en 2016 soplarán 50 velitas.
David Schwimmer (¡sí, Ross de Friends cumplirá 50 el 2 de noviembre!), el malvado prometido de Rose en Titanic, Billy Zane, y el siempre adorado Adam Sandler son algunos de los personajes masculinos que llegarán a la quinta década de vida.
En tanto, George Clooney, con 52; Tom Cruise, con 51; Johny Depp, con 50, Antonio Banderas, con 53 y Kevin Costner con 58 años continúan la larga lista de famosos que, lejos de sentirse en el tramo final de sus vidas, brillan en sus roles como en el mejor momento de sus carreras.
Bien podría decirse que la característica común de todos ellos es que saben con certeza que sólo de ellos depende que la vida los siga sorprendiendo con roles desafiantes y nuevas chances de crecimiento profesional.
Más ciencia, más vida
El sentirse en la mitad de algo suele predisponer a revisar lo que ya se hizo y logró. Y, por supuesto, también invita a reflexionar lo que queda por hacer y concretar. Este es el famoso «pescado sin vender», que en un momento empieza a inquietar.
Desde el punto de vista biológico empezarán a jugar las propias creencias sobre el tema, ya que todo parece indicar que a esa edad se está lo suficientemente maduro para partir. Puede ser por enfermedades, accidentes, inseguridad, etc., los seres humanos están expuestos a la muerte, y llegada determinada edad, la idea se acrecienta.
Por otro lado, a medida que pasa el tiempo y las décadas, parece ser que la ciencia y la tecnología, se encargan de alargar los promedios de la existencia. «De hecho, hace muchos años se decía que ‘promediábamos’ la mitad de la vida en los 33 años, pero, hoy, esa edad nos parece poco», enfatizó el especialista.
EN LA MEDIDA QUE UNO SE COMPROMETA CON LA CALIDAD DE VIDA, SE PODRÁN ALCANZAR LOS ANHELOS DE PASARLA LO MEJOR POSIBLE
«Todo indica que no sólo tenemos la posibilidad de poder vivir más años, sino que también necesitamos pasarla bien con una determinada calidad de vida. Esto nos involucra directamente, ya que esta parte dependerá de nosotros», destacó Arévalo, para quien «en la medida que nos comprometamos con nuestra calidad de vida, podremos alcanzar nuestros anhelos de pasarla lo mejor posible, dejando de lado todo lo que se interponga con este compromiso».
Según cómo se juzgue esta condición ante la vida, cerrará o abrirá las posibilidades de empezar a hacer las cosas que cada uno quiera realizar, y abandonar abrupta o paulatinamente el deber hacer. «Desde este punto de vista, tenemos una oportunidad de tomar nuestras futuras decisiones desde el querer, o dicho de otra forma, desde el deseo», aseguró.
La clave de la visión positiva
«Nuestra mirada suele ir de la mano de las expectativas que veníamos trayendo, hasta que nos damos cuenta de que estamos en la mitad. Para tener una mirada positiva, tendremos que estar comprometidos con ver el vaso medio lleno. Entonces es preciso que reconozcamos como una oportunidad alcanzar lo que creemos que nos falta, y no como una amenaza que, por cierto, podrán existir e interponerse en el camino», enfatizó el especialista.
Según él, si se siente que lo que falta es una amenaza, se tendrán dos problemas. «El primero será efectivamente la carencia de lo que no tenemos. Y el segundo, el juicio de ver cómo amenaza lo que nos falta, ya sea por cómo queremos que nos vean, o sencillamente, cómo nos vemos a nosotros mismos y lo que esto impacta en nuestra autoestima», detalló.
Es allí donde, por medio de la voluntad, se podrá aceptar y empezar a reconocer en la oportunidad de alcanzar lo que se desea. «Nuestra voluntad alentará el compromiso y la decisión necesaria, a través del valor que le veamos a lo que estamos persiguiendo», apuntó el coach.
ES PRECISO RECONOCER COMO UNA OPORTUNIDAD Y NO COMO UNA AMENAZA EL PODER ALCANZAR LO QUE SE CREE QUE FALTA
«Siempre podemos estar evaluando nuestros logros y lo que nos falta pero, por lo general, cuando nos sentimos promediando nuestras vidas nos comportamos como si existiera una muralla marcatoria -analizó-. Esto sucede porque nos vamos construyendo una historia que espera vernos en determinada posición, y es aquí que según lo arraigada que esté dentro de nosotros, producirá un impacto de apertura o de cierre, que puede llegar a repercutir en nuestra calidad de vida».
Si bien algunas veces el cuerpo y la mente no registran el paso del tiempo y, por lo tanto, la persona no reconoce la edad que tiene, cuando algo ocurre (un cumpleaños, una enfermedad, un accidente, etc.), el tiempo que, según dicen es el dueño de todo y de todos, se muestra como el único enemigo, empujando a realizar todo tipo de evaluaciones sobre lo que queda por recorrer.
«El impacto de realizar una evaluación estando en la creencia de que nos encontramos promediando nuestras vidas, puede provocarnos infinidad de cosas. Entre las más destacadas están las angustias, por un lado, que generan los logros que no se obtuvieron, y los entusiasmos, por el otro, que forjan las oportunidades que aparecen de ir por lo que sentimos que nos falta. Siempre y cuando podamos distinguir nuestros recursos. Es allí donde, si concentramos nuestros esfuerzos, podemos valorar las energías que disponemos, emprender los procesos que consideremos necesarios y hasta disfrutar del camino», finalizó.
