Los niveles de contaminación bajaron en la India por la cuarentena y la naturaleza regaló una vista magnífica.
La grave crisis que produjo el coronavirus puso a la mayor parte del mundo en cuarentena. Pero como todo lo malo tiene algo de bueno, la naturaleza aprovechó esta situación para volver a mostrar su esplendor.
Otro de los casos que sorprende al planeta durante el aislamiento es el Himalaya, que por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial se pudo ver desde Jalandhar, India, a 230 kilómetros de distancia.
Suena curioso pensar que era difícil ver los picos de esta cadena montañosa, la más alta del mundo, pero la contaminación los cubría incluso a corta distancia. Pero el Covid-19 obligó a las industrias a parar, el aire se limpió y la gente, desde su aislamiento, pudo ser testigo nuevamente de esta maravilla.
En la India, 1300 millones de personas llevan 21 días de cuarentena, con 5360 infectados y 164 muertos. Esta situación generó una nueva vista para algunos de ellos, con los asombrosos picos nevados del sistema de Dhauladhar.
Antes había pasado con Venecia, cuando sus canales se limpiaron de la basura de los turistas y gracias a que sus aguas volvieron a ser cristalinas aparecieron peces, patos y cisnes como hacía rato no se veían.
O en muchas ciudades más, donde fueron vistos incluso animales que se creían en extinción, y hasta nacimientos de muchas tortugas marinas en playas hasta hace poco colmadas de extranjeros. O en el zoológico de Hong Kong, donde dos pandas tuvieron la privacidad que necesitaban para tener sexo después de diez años.