Tatuarse es una gran decisión, es algo que te acompañará por el resto de tu vida y se convertirá en una de tus principales características físicas. Las personas con tatuajes casi siempre son juzgadas de manera injusta pero la gente no sabe todo lo que pudo pasar alguien para decidir plasmar por siempre un diseño en su piel.
En la mayoría de los casos cuando las personas llegan al estudio para ser apoyadas con un posible diseño deben contarle al artista esa historia que marcó su vida para que basado en eso, el tatuador pueda realizar una figura que realmente lo represente.
Así lo hizo Bekah Miles, quien sabía que con su tatuaje iba a dar un poderoso mensaje sobre lo que le sucedió. Ella sufría depresión, la cual dejó un impacto en su vida. Cuando alguien le preguntaba cómo estaba, ella solo contestaba ‘Estoy bien’. Pero muchos de los que preguntaban no tenían ni idea por lo que estaba pasando. Después, Bekah conoció a muchas personas que vivían con el mismo problema, y de ahí surgió una gran idea y la inspiración.