Los groomers (personas que buscan hacer daño al menor) pueden ser hombres y mujeres de cualquier edad y de cualquier nivel económico o social. El grooming puede suceder online o en persona y, en muchas ocasiones, el groomer invierte tiempo considerable durante este periodo de preparación para ganarse la confianza de los niños y sus familias:
- Pretendiendo ser alguien que no es.
- Ofreciendo comprensión y consejos.
- Obsequiando regalos.
- Brindando atención al niño.
- Utilizando su posición o reputación profesional.
- Llevándolos a viajes, paseos y fiestas.
Poco a poco los groomers van obteniendo más datos personales y de contacto. Seducen y provocan mediante el discurso y el envío de imágenes de tipo pornográfico para conseguir que el niño realice actos de naturaleza sexual. Suelen implementar «secretos» como una forma de controlar y asustar al niño para que se sienta avergonzado o culpable, y no denuncie el abuso.
En muchas ocasiones, el acoso en línea es más rápido y anónimo, pues los niños confían más rápidamente en un «amigo» en línea que en alguien que acababa de conocer «cara a cara». En este sentido, las redes sociales son el medio más común que los groomers utilizan para llevar a cabo este tipo de prácticas. En una encuesta realizada por ESET Latinoamérica, se encontró que los niños de entre 11 y 15 años son los más vulnerables de sufrir grooming. En México, de abril de 2013 a febrero de 2014, se detectaron 57 casos de hostigamiento y acoso a menores.
Consejos para prevenir el Grooming
- No proporcionar, o hacer fácilmente accesible a extraños, imágenes o información personal que pueda ser utilizada para otros fines.
- Preservar la seguridad y confidencialidad de cuentas de usuario y contraseñas, así como la del propio ordenador.
- No ceder ante el chantaje bajo ninguna circunstancia, puesto que ello supone aumentar la posición de fuerza del groomer.
- No dudes en pedir ayuda si te encuentras ante una situación nueva y delicada que conlleva gran estrés emocional. Contar con el apoyo de una persona adulta de confianza es fundamental.
- Analizar en qué delitos o irregularidades ha incurrido el acosador y cuáles pueden ser probadas para denunciar el abuso.
- Buscar y recopilar las pruebas de la actividad delictiva: capturas de pantalla, conversaciones, mensajes y todo aquello que pueda demostrar las acciones del groomer o dar pistas sobre su paradero o modo de actuar.
- Formular una denuncia con un adecuado análisis de la situación y elementos de prueba que ayuden a la investigación.
Además, es conveniente que, como adultos:
- Controlemos y supervisemos el acceso de los niños a Internet.
- Concienticemos a los menores sobre los peligros que existen en la Red.
- Mantengamos un diálogo abierto entre padres e hijos para crear un ambiente de confianza.
- Instalemos un antivirus o software de control parental en el ordenador que utiliza el menor para protegerlo ante una situación no prevista.