En días pasados, nos hemos sentido golpeados, por los menos, con el infortunado hecho de la niña desaparecida por 3 días, que por suerte, con la ayuda de los vecinos de Lujan pudo ser hallada, habiendo sufrido solamente un poco de hambre y frio. Su desaparición pudo terminar de distintas formas, que más vale no enumerar.
Hallada, tras el esfuerzo de distintas fuerzas de seguridad y el alerta de los vecinos, vivimos paupérrimos ejemplos de funcionarios Nacionales y Provinciales peleándose por salir en la foto, o con gestos de agresión física entre ellos.
Luego comenzaron a pelearse por ver si la mamá y su vida, era responsabilidad de la Ciudad o de la localidad de la provincia de donde provenía.
No llama la atención todos buscaran un poco de crédito y denostar al otro.
La verdad, es que si la comunidad no se moviliza cortando una Autopista en la Ciudad de Buenos Aires, presionado de alguna forma a los medios de comunicación más importantes de nuestro país, haciendo que a través de ellos se vislumbre la situación, quizás no podríamos contar con la aparición de la niña.
Nos enteramos como vivía, entre 4 nylon, sin educación, en un entorno en donde su mama adicta, ya había tenido al menos 4 hijos antes, que con la intervención de la justicia habían sido quitado del ambiente que su madre propiciaba y colocados en nuevos hogares.
También tomamos conciencia de miles de niños en situación de calle que pululan por las grandes ciudades de nuestro país, que somete al 65% de los niños a la pobreza y al menos a un 40% de ellos a la indigencia.
Entonces, como papá de 4 hijos, me pregunto si en nuestra Ciudad ¿habrá niños en estas condiciones?
En principio, pareciera que no. Porqué aún abuelos y tíos intervienen solidariamente cuando conocen que las madres y/o los padres toman el camino del consumos de algunas sustancias, que los enajena, los degradan y hacen que en su afección no se perciban más que ellos.
Porque, seamos conscientes, Saladillo no se mantiene al margen del flagelo de la comercialización y consumo de sustancias ilícitas, y ya comienzan a verse sus resultados en quienes las consumen.
¿Cómo podemos enterarnos de estas cosas?, pregunten a los Servicios Educativos, a sus Equipos de Psicología, y allí podrán tomar conocimiento de la realidad, que algunos pretenden desconocer, como Avestruces, escondiendo la cabeza bajo la tierra.
Es necesario la intervención de los estados en su tres formas Nacionales, Provinciales y Municipales, para atender las necesidades y consecuencias de estas situaciones, en los niños en edad escolar, hacerlos sujetos de derechos; sino lo hacemos, ¿que esperamos de ellos para el futuro?
Sé que es difícil la intervención en una problemática que surge de una sociedad que en nuestro país se viene hiriendo año tras año, gobierno tras gobierno, pero aún tenemos tiempo de corregir aquello que podemos en nuestra pequeña comunidad.
Pero, no creamos que solo los niños que provienen de estos hogares sufren problemas psicológicos o físicos; preguntemos a Maestros, Orientadores Sociales, o Profesores, cuantas veces los padres se enteran a través de ellos que sus hijos tienen problemas visuales, auditivos, en su dientes, motrices, neurológicos, psiquiátricos o de otros tipos, que dificultan sus aprendizajes (porqué están en la Escuela), pero una vez que egresen del Sistema Educativo, ese problema puede afectarlos de por vida.
En parte, los padres tenemos una parte de responsabilidad, nos ocupamos de los controles de nuestros hijos hasta los 9 o 10 años (en general), y dejamos de consultar preventivamente a los profesionales de la Salud, a no ser que surja un problema. Es corriente, que no exista conciencia social sobre el seguimiento de la salud y sus acciones de controles programados, evitando consecuencias lamentables en el desarrollo.
¿Puede solucionarse esto en forma local?, mi opinión es que efectivamente se puede establecer un sistema de control colectivo para todos los niños escolarizados, coordinando acciones del Sistema de Salud y el de Educación.
Por suerte, nuestros gobernantes locales han distribuido CAPS por todo el distrito y nuestra Localidad Cabecera; solo faltaría articular esfuerzos para que ellos activen algunos programas de Salud de Nación, para atender a los niños.
Una ciudad, en donde el crecimiento se ve día a día con obras y más servicios, debe fijar también el crecimiento en atención a sus generaciones presentes y futuras.
Por: Luis Nagore