Veníamos de conquistar el exterior, cada uno en su propia lucha por ocupar un espacio en la cultura que nos toca vivir, blandiendo la espada con el esfuerzo constante de mantenernos y crecer.
De repente y sin aviso, un virus tan pequeñito que resulta invisible al ojo humano, nos manda a casa a hacer cuarentena de calle, mundo, espada y moneda…nos quedamos perplejos. ¿Será porque nos desafía a la conquista del interior? El interior de nuestra casa, el interior de nuestros hijos, el interior de nosotros mismos.
En esta nueva realidad “modo casa” vamos aprendiendo juntos los sí y los no de las familias en cuarentena.
Sí a proponer un ritmo, un orden, una rutina que nos contenga a todos. Sencillamente, porque cada uno de los integrantes de la familia tenia un orden previo y entonces hacemos el intento de reproducirlo dentro de casa.
No al tiempo “chicle pegajoso” que construye una mismidad (condición de ser uno mismo), un tiempo circular que no distingue mañana, tarde o noche y que confunde actividades sin comienzo ni final.
Sí a levantarse a la mañana (¡obviamente más tarde que el horario del colegio!), asearnos, sacarnos camisón o pijama y cambiarnos con ropa cómoda de “entrecasa” y a tomar el desayuno tranquilos, sin apuro.
No a convertirnos en padres inflexibles, intolerantes y rígidos porque no llegaremos a buen puerto. Los hijos también están sensibilizados y temerosos frente a las noticias de cada día.
Sí a “ir al colegio” que en tiempos de cuarentena será la mesa del comedor. Es un buen lugar, porque estamos sentados, tenemos dónde apoyar útiles y nos podemos concentrar. Ayudaremos a los de preescolar para que se entretengan dibujando, pintando, recortando, pegando, haciendo collages o jugando con masa.
No a pretender tener tu casa con el estándar de orden y limpieza que tenías precuarentena. Sencillamente porque estamos todos todo el tiempo adentro viviendo cada ambiente a full, por lo que lógicamente se ensuciarán mas.
Sí a comer juntos y ayudar en la cocina. Hacer la merienda puede ser muy divertido, amasar galletitas y que cada uno haga sus formas, tortas, budines y todo lo que los especialistas nos sugieren en las redes, por ejemplo.
No a estar totalmente sedentarios, pegados pasivamente a las pantallas, porque nos veremos envueltos en una nube densa de malhumor e intolerancia.
Sí a la sociabilidad, nuestro mundo digital es la gran herramienta para “visitar” abuelos, tíos, primos, amigos o vecinos.
Resumiendo: habrá cuatro momentos que nos ayudarán a conservar una rutina:
1-Momentos de responsabilidad.
2-Momentos de ocio.
3-Momentos de actividad física.
4-Momentos de sociabilidad.
¡Juntos derribaremos la corona del virus, lo destronaremos y cada familia se coronará a sí misma por haber salido victoriosa de un tiempo de adversidad!