Envuelto en un silencio por ahora inexpugnable tras la eliminación del Mundial de Rusia, el director técnico del Seleccionado nacional, Jorge Sampaoli, arribó esta mañana al país junto a los dirigentes de la AFA, entre ellos su titular, Claudio Tapia.
El avión que los trajo de regreso había partido de Rusia y tras hacer escala en Portugal, donde se quedó Marcos Acuña y se aprovechó para el reaprovisionamiento de combustible, siguió viaje de vuelta al país con un solo jugador que integró el plantel, Enzo Pérez.
Se sabe que antes de que se plasmara la eliminación en octavos de final ante Francia la continuidad en el cargo de Sampaoli era difícil que se diera. Y la derrota ante Mbappé y compañía fue la certificación de que el ciclo había llegado a su fin.
Ahora bien, de todos modos, la salida del entrenador no asoma como algo fácil, ya que en caso de concretarse la AFA debería desembolsar unos 15 millones de dólares por la interrupción del contrato, algo que los mismos dirigentes que lo fueron a buscar y le ofrecieron ese vínculo ahora no están dispuestos a respetar.
Una opción sería que Sampaoli continúe hasta la Copa América de 2019, cuando esa cláusula de rescisión se reduzca notablemente. Pero no parece estar en el ánimo de la dirigencia llegar hasta esa instancia.
Lo cierto es que, como el propio Sampaoli le dijo a Tapia en las pocas palabras que cruzaron en la concentración tras la eliminación, cuando regresaran a Buenos Aires comenzarían a negociar. Ahora lo que resta saber es en qué términos Sampaoli se va de la conducción de la selección.