En el mes de noviembre se hacían en la estancia “San Juan” de General Alvear las tan esperadas boleadas de avestruces. Había uno de los potreros llamado “La Libertad” que no era un coto de caza, pero sí unas mil hectáreas crudas, sin trabajar, con pajales, donde se juntaban 30 o 40 hombres algunos amigos de Buenos Aires, capataces, mayordomos y patrones de otras estancias y también algunos puebleros.
A veces aparecía algún “chabón” pero en esos casos siempre eran apadrinados por algún mensual diestro y se reunían en el medio del campo para armar un cerco y de ahí arrancaba un puntero que supo ser “el Negro Haedo”, de Alvear.
La boleada duraba dos días y de noche había guitarreadas, zapateadas y cantos.
Juan Carlos Giribone era el que las organizaba y venía gente experta pero también “chambones” que era acompañado por algún mensual experimentado. Una vez todos a caballo, Juan Carlos iba largando caballos para un lado y para otro como para formar un semicírculo hacia un rincón del gran potrero llevando a todos los avestruces sin dejar ninguno echado entre las pajas. La boleada dura mucho persiguiendo a uno u otro animal con las boleadoras por eso se acorralaban los animales hacia un rincón. Se boleaba y se largaba, salvo que fuera un avestruz gordo que se carneaba y sólo se desplumaba cuando eran necesarias para cambiar en algún boliche, pero no se comercializaba (Giribone, 45)
WALT DISNEY Y LAS BOLEADAS
En el año 1941 llega a la Argentina Walt Disney para entre otros objetivos, “mejorar las relaciones internacionales” así que fueron a visitar estancias para compartir costumbres con la gente de campo. De esa experiencia surgen las películas “The Gallopin’ Gaucho» y “El Gaucho Goofy” donde se intentó en un principio reflejar algunas costumbres argentinas pero con tan poca fidelidad que provocó la desaprobación de Florencio Molina Campos.
Sin embargo, el gran amigo del Manco y compañero de aventuras Carlos Uranga recordaba cuando vino Disney y se reunieron con él en la estancia “Benquerencia”, en Monte. Allí filmaron muchas escenas de campo y asados y Disney, impresionado por la agilidad y la gracia de los movimientos en las boleadas, se inspira en ellas para planear la película “Feather on the pampas”. En esa oportunidad, llegaron a soltar un avestruz en la calle Florida que provocó el terror del pobre animal que se refugió finalmente en un auto convertible.
LAS NOCHES EN “San Juan”
Las boleadas duraban todo el día y sabía ir gente importante de Buenos Aires como el embajador español Aunos, amigos como Alberto Fernández Moore, o Jorge Gordon Davies, recitadores como Santiago Rocca y tradicionalistas de ley que tenían asistencia perfecta. A la tardecita y algunos ya casi sin poder sentarse sobre el caballo después de tanto cabalgar, iban a la estancia, se aseaban un poco y ya estaba la carne con cuero y “muchas barricas de vino” (Giribone, 45), catres y mantas para pasar la noche en la casa y en los corredores.
Muchos comensales se dormían sentados durante la cena pero no por el vino sino por el cansancio terrible que sentía el porteño después de una jornada al sol y al viento arriba de un caballo.
Boleadas en “San Juan” de Giribone.
Reuniones de tradiciones que permanecen en la memoria colectiva.
Juan Carlos Giribone organizaba las boleadas todos los años en los meses de octubre o noviembre con asistencia de empleados, amigos, vecinos y entre ellos, siempre aparecía un “Chambón”. “Probando el pulso”. Florencio Molina Campos. 1957.
José Luis Giribone, en el centro la esposa María Delia Eguía de Giribone, el de oscuro es Juan Carlos Giribone y la chiquita es María Luisa Bernal Giribone. “La Invernada” General Belgrano. 1920. Foto gentileza Sofía Giribone.
Walt Disney, impresionado por la agilidad y la gracia de los movimientos en las boleadas, se inspira en ellas para planear la película “Feather on the Pampas”. “Boleada” de Florencio Molina Campos. 1957.