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Hablar de Raúl Alfonsín es hablar del padre de la democracia, de la firmeza para enfrentar la impunidad y de la visión estratégica para construir la paz y la integración regional.
Alfonsín no fue solo un presidente, fue un símbolo de la democracia en acción. Como militantes, seguiremos llevando su ejemplo a cada rincón, recordando que la política es servicio y que la democracia es una conquista que debemos cuidar todos los días.
Porque la democracia es para siempre. ¡Gracias, Raúl!
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