Son tiempos turbulentos para el Frente para la Victoria en la Legislatura de la provincia de Buenos Aires. Las diferencias internas se multiplican cada semana y la acefalía en la que quedó la bancada en Diputados tras la salida de José Ottavis avivó las tensiones entre los sectores que pugnan por ganar posiciones. El punto cúlmine de ese panorama ocurrió en la reunión de hoy, en la que rozó la violencia física.
Los legisladores se reunieron en la oficina del legislador bahiense y vicepresidente primero de la Cámara, Marcelo Feliú. El objetivo: resolver la conducción del bloque y discutir por el reparto de comisiones. Pero el debate no tardó en enardecerse, al punto que debió intervenir el personal de seguridad de la Cámara para clamar las aguas.
El escándalo estalló cuando el diputado Aníbal Regueiro le recriminó a su par Andrés Quinteros, que al parecer había sido designado como el interlocutor válido por todos los sectores interno para negociar las comisiones legislativas en nombres del bloque, un supuesto «destrato» con la diputada Marisol Merquel. El dirigente fustigó a sus pares por la renuncia de Ottavis y les achacó que el líder camporista haya tenido que dejar la conducción por culpa de sus propios compañeros de bancada. Entonces empezaron los insultos.
–No me vengas a bardear –respondió Quinteros, según reconstruyó el sitio La Tecla.
–Te voy a cagar a trompadas –retrucó Regueiro.
–Dale, ahora –respondió el desafío.
De acuerdo con ese sitio, el intendente de Presidente Perón en uso de licencia le aplicó un golpe y siguió con una patada a otro legislador que quiso intervenir. Otros reportes son menos gráficos y hablan de empujones y forcejeos. Lo cierto es que el hecho ameritó el ingreso de efectivos de seguridad.
La reunión se suspendió de inmediato y la mayoría de los diputados asistió a la sesión que estaba prevista. Mañana se tendrán que seguir viendo las caras, cuando retomen el debate. Pese a las diferencias, todos dicen que privilegiarán «la unidad».
Roces entre Cambiemos y el massismo en el Senado
También la Cámara alta provincial tuvo una jornada movida. Los roces, en este caso, fueron entre el oficialismo y el Frente Renovador, que hasta ahora habían mostrado una sintonía plena. ¿Por qué? El reparto de comisiones.
Con una holgada presencia en los recintos, el FR reclamaba a María Eugenia Vidal la presidencia de comisiones clave, como Asuntos Constitucionales y Acuerdos. Pero el gobierno no atendió los pedidos, se quedó con ambas y otras siete, relegando al massismo a conducri cinco, mismo número que el PJ.
El enojo se hizo público en boca del titular del bloque Jorge D´Onofrio, que acusó de Cambiemos de hacer «kirchnerismo explícito«. «Se ve que algunos están más preocupados por ocupar carguitos e imponer a sus amigos que por defender a su propio gobierno», añadió. Las palabras de reproche tuvieron además un costado material: la bancada no participó de la sesión.