El juicio a los rugbiers las primeras imágenes sin barbijo

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  • Ciro Pertossi, Matías Beniccelli, Blas Cinalli y Lucas Pertossi en primera fila. Ayrton Viollaz, Máximo Thomsen, Enzo Comelli y Luciano Pertossi, de fondo

En la jornada de hoy declaran ambulancistas, patólogos y funcionarios judiciales del caso.

Las fotos oficiales tomadas en la morgue del Hospital de Pinamar fueron proyectadas en la pantalla de la sala de audiencias.

“Por lo visto en el cuerpo, las marcas que presentaba, las lesiones externas, coinciden con los mecanismos de alta energía que provocan muerte instantánea en el paciente”, siguió Duarte: “En cara y cráneo presentaba la mayoría de los golpes. Son áreas centrales porque allí se alojan la mayoría de las funciones del organismo”, continuó.

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“El tronco cerebral era lo que presentaba más daños”, concluyó.

Por pedido de la defensa, el forense se puso de pie para señalar la marca del desfibrilador en el cuerpo.

“No se puede medir la intensidad de los golpes en la autopsia. Tampoco se pueden determinar la cantidad de golpes que recibió la víctima”, dijo Duarte tras ser consultado por Tomei.

Carolina Giribaldi Larrosa es médica generalista y emergentóloga desde hace 18 años en el Hospital municipal de Villa Gesell.

Ante el tribunal, contó que la madrugada del 18 recibió un llamado al 107 a las 5. que avisó sobre “un masculino inconsciente en la vía pública”. “Fuimos en ambulancia y encontré a este joven sin signos vitales. Estaba siendo asistido por personal. No identifiqué si era de los bomberos. Le estaban haciendo RCP. Le había colocado un DEA. Se trata de un desfibrilador automático muy sencillo de utilizar”, afirmó. La ambulancia, según ella, tardó entre siete y nueve minutos en llegar.

Consultada acerca de cómo se constató que Fernando no tenía signos vitales, la mujer respondió: “No tenía movimiento respiratorio y no tenía pulso”.

En el viaje al hospital, contó, se le continuó practicando RCP y con oxígeno porque no tenía signos vitales.

Así, el fiscal Dávila le preguntó por los protocolos aplicados en estos casos. La testigo afirmó que se debe practicar RCP por 40 minutos.

“Yo le hago la constatación de los sinos vitales entre las 5.07 o 5.09. En ese momento el desfibrilador externo automático (DEA) informó: ‘Paciente en asistolia. Continúe el masaje cardíaco’. Cada vez que me detenía para ver el monitor, es decir, si había alguna respuesta del corazón, el aparato volvía a decir lo mismo. Cuando el paciente está en asistolia, el DEA no dispara. Recién lo hace cuando se recupera el ritmo. Si eso hubiera pasado el DEA lo hubiera censado e indicado que me alejara para volver a un ritmo normal”, explicó la testigo. También, refirió que el DEA que usó era de los bomberos.

“Lamentablemente no hubo ninguna respuesta. Cuando llegué al hospital hice el pase del paciente a otra doctora, Silvia Romero, que lo estaba esperando en shockroom”, siguió.

El fiscal le pregunta por la lesión en el cráneo de Fernando, descrita por el forense Duarte en la autopsia. La testigo dice que cuando hay una hemorragia cerebral masiva no hay posibilidad de sobrevivir. “El tronco encefálico es fundamental. El paro cardíaco irreversible: se puede estimular el corazón manualmente, pero no tiene estímulo propio. Lo mismo pasa con el sistema respiratorio. Es imposible que alguien sobreviva si tiene una lesión en un centro respiratorio o cardíaco”, siguió.

No se pudo volver a aplicar el desfibrilador, afirmó. Básicamente, nunca se pudo aplicar porque el aparato sirve cuando el corazón vuelve a funcionar.

Consultada sobre el estado de la víctima, sostuvo: “Tenía manchas de sangre en la nariz y la boca, pero no era abundante. No tenía camiseta, sí pantalón. Estaba tendido en el suelo y había mucha gente alrededor. Nadie me explicó qué era lo había sucedido”. Sobre las lesiones en rostro y cuello de la víctima, la testigo dijo que eran hematomas grandes y longitudinales. “Se veía una marca atípica, rara, en forma de zigzag del lado de la mejilla”, dijo. en referencia a la lesión compatible con la zapatilla luego atribuida a Máximo Thomsen.

Llegado el turno de preguntar de Hugo Tomei, el abogado defensor quiso saber cómo estaba equipada la ambulancia y cuántas personas había subido en la camilla a Fernando.

La testigo respondió: “La ambulancia tenía un respirador, un tubo de oxígeno, un DEA -que no se usó en este caso-, un maletín con medicación y elementos que se usan, como gasas. Fueron varias personas las que lo tomaron. Estoy segura de que el chofer, otro bombero más que reconocí porque es chofer del hospital y la enfermera. Al menos esas tres personas, estoy segura”, contestó.

Giribaldi, en cambio, no fue consultada ni expresó el momento exacto en que Fernando fue pronunciado legalmente sin vida.