El pasado viernes 22 de diciembre, el Concejo Deliberante de Saladillo, a instancias de la propuesta realizada por el Intendente Municipal aprobó un incremento de tasas promedio que ronda el 120%, más seis clausulas gatillos, es decir aumentos bimestrales ajustados al índice RIPTE (Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables y el Índice de Precios al Consumidor (IPC). La medida aludida, se adopta en un complejo proceso inflacionario que rondaba al diez de diciembre un aproximado del 160% promedio interanual, con un 12% de inflación mensual, y acelerado a partir de esa fecha por las medidas regresivas adoptadas por el Presidente de la Nación, en la que se espera una aceleración inflacionaria de al menos un 30% mensual y un espiral que puede, si fallan las medidas económicas adoptadas, llegar a tasas irrisorias como de un 3000% (si, tres mil por ciento) y más aún, en el aumento de los precios en forma promedio, claro está que habrá consumos que se desplomaran y otros que serán tan caros como inevitables.
En ese contexto donde aún no hemos encontrado ninguna medida del Poder Ejecutivo que beneficie a los trabajadores del estado, debemos ser coherentes con nuestras propias ideas y actuar en consecuencia. Partiendo de la base que es una opinión como la que puede proyectar cualquier ciudadano, pero con el agregado de participar activamente en política, bajo el mismo signo que el que pretende representar el Intendente Municipal, entiendo que el porcentaje y las cláusulas gatillo propuestas se ajustan a lo razonable de la hora económica que nos toca atravesar. Sin dudas, se debe tener responsabilidad a la hora de gobernar y para poder llevar adelante las agendas municipales en un contexto de recortes presupuestarios, es necesario tomar iniciativas en favor de los que más lo necesitan. Ahora bien, también en contexto de crisis, es imperioso calcular, más allá del promedio de aumentos de las tasas, qué sectores de la sociedad pueden hacer un aporte más alto y cuáles no. Generalizar nunca está bien y en este caso, aun existiendo ciertas variables, perdimos la oportunidad de ir más allá y diversificar aún más la contribución en base a la generación real de riquezas. En este sentido, a, ún falta que los comerciantes paguen las primeras boletas de servicios de la era Milei, existiendo una enorme incertidumbre, a la que se le agrega la incertidumbre local. Asimismo, nunca deben faltar las puertas que permitan abrirse en cuanto a aquellos que directamente no van a poder pagar en el corto o mediano plazo.
Por otra parte, retomando el motivo fundamental de esta publicación y en vísperas de ingresar por nota formal la siguiente solicitud a nuestro Intendente, considero urgente se convoquen a los sindicatos de trabajadores municipales y/o del estado a efectos de recomponer el salario de los empleados municipales, los cuales fueron destruidos por la inflación de los últimos años y que continuaran deteriorándose en el tiempo venidero. Por supuesto que los montos surgirán de dichas negociaciones, pero entiendo que las remuneraciones no pueden ser inferiores al Salario Mínimo Vital y Móvil ($156.000 actualmente). De allí, además, habrá que estipular los meses de revisión del salario donde habrá que convocar nuevamente al sindicato. Entendiendo que el aumento de tasas será bimestral, el Intendente deberá convocarlo, entiendo, con idéntica periodicidad. Esto último, puede tener alguna modalidad que, sin perjuicio de los derechos de los jubilados, sirva para mejorar el sueldo neto (de bolsillo) de los trabajadores como pueden ser bonificaciones especiales en conmemoración del día del trabajador y/o del día del trabajador municipal. Quizás ello sirva para no afectar las arcas municipales al mismo tiempo que se refuerza el bolsillo del empleado público y de su grupo familiar.
Ante una creciente caída del salario real de los trabajadores, al mismo tiempo que aumenta el costo de vida a niveles pocas veces vistos, necesitamos ser consecuentes con nuestra visión histórica y realizar cuanta política pública sea necesaria a efectos de resguardar al personal que pone el hombro día a día para prestar los servicios de los que toda la comunidad se sirve. Entiendo que el Intendente debe encabezar este reclamo y ponerse, sin tardanzas, a trabajar en una propuesta que satisfaga las enormes demandas de nuestro pueblo.
Sin más, por ahora, saluda a los lectores, Gabriel Arsuaga, abogado, afiliado a la Unión Cívica Radical. –