¿Comprar un Tesla o un Rolls-Royce directo en EEUU o Europa?: el Gobierno permitirá la importación de autos a particulares
Federico Sturzenegger dijo que se eliminarían los trámites de homologación de autos importados y eso permitiría que se pueda importar cualquier modelo que está autorizado en países centrales. La medida requiere modificar también normas comerciales y los empresarios dependen de esas decisiones para saber si los beneficia o perjudica.
La eliminación de trabas burocráticas y arancelarias o paraarancelarias es una de las bases del trabajo que Federico Sturzenegger está realizando como ministro de Desregulación y Transformación del Estado. El sector automotriz, tanto a través de la industria de vehículos y autopartes que producen y venden productos con una alta proporción de partes importadas, como de los importadores oficiales, que traen autos o motocicletas completamente terminadas de fabricación en otros mercados, tiene un fuerte impacto en cada reforma o propuesta de modificación que se plantea.
El viernes pasado, Sturzenegger dijo que modificarán el código de tránsito para que en Argentina puedan circular autos importados que no tienen homologaciones hechas en Argentina, pero sí en mercados más evolucionados, como Estados Unidos o Europa.
Las homologaciones vigentes son dos, completamente separadas entre sí, y tienen relación con la contaminación ambiental y las características técnicas de los vehículos. La primero es la Licencia de Configuración Ambiental (LCA), que depende de la secretaría de Energía, y la segunda es la Licencia de Configuración de Modelo (LCM), que se tramita en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).Actualmente no se puede homologar autos como un Rolls-Royce, por falta de un importador oficial y el impedimento para hacerlo por parte de un particular
Actualmente, obtener una LCM cuesta para el solicitante unos $6.000.000, y una LCA tiene un valor de $1.270.000. Significa que para homologar un auto, el costo es unos 6.000 dólares. Una cifra que puede ser menor para un fabricante, pero no tanto para un importador.
A partir de la asunción de Daniel Afione, el exejecutivo de Toyota Argentina por 27 años, como titular del INTI, los plazos para obtener la LCM, que eran aproximadamente de unos 8 meses, se redujeron a casi la mitad con dos reformas que hizo gracias a su conocimiento de la industria automotriz: la eliminación de las subsanaciones de aprobación, un trámite que se hacía ítem por ítem y que ahora se hace todo al mismo tiempo cuando hay necesidad de aclaraciones técnicas con el fabricante, y la eliminación de la exigencia de traducción al español de cada ensayo provisto por casa matriz de cada marca y modelo.
“En Argentina no se puede importar un Rolls-Royce o un Tesla, porque un particular no puede hacer esos trámites, y nadie puede decir que son autos que no podrían pasar la homologación de Argentina”, comentó un año atrás un importante importador de autos exclusivos, describiendo el extremo al que llegaron estas regulaciones.
“Si no existieran las homologaciones, cualquier empresario ocasional podría traer autos y venderlos sin garantía de ningún tipo. Aunque los fabricantes e importadores no siempre están contentos con los requisitos que se les piden, homologar un auto es importante no solo para la seguridad de los usuarios, sino también para el medioambiente”, dijo un especialista en homologaciones de la industria del automóvil a Infobae en marzo de este año, para una nota en la que se intentaba echar luz sobre un tema del que ya se empezaba a debatir.
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