Tristemente no es un déjà vu de nuestros ganaderos, es el Kirchnerismo aplicando recetas políticas que ya fracasaron.
Todos lo sabemos, desde la señora que va a la carnicería hasta el dueño de un frigorífico. Este tipo de control de precios se ha probado muchas veces, y los resultados fueron siempre los mismos: “carne para hoy hambre para mañana”
Vivimos esta situación en el año 2006 y sus resultados fueron contundentes:
• No bajó el precio de la carne en el mostrador y por el contrario con el transcurrir del tiempo se produjo un aumento de precios.
• Se perdieron por liquidación 12 millones de cabezas pasando de 60 millones de cabezas a 48 millones.
• Pasamos en el concierto internacional del tercer puesto como exportadores al décimo tercer lugar.
• Se perdieron 20.000 puestos de trabajo y se produjo el cierre de más de 100 establecimientos de faena.
• Se perdieron mercados internacionales que llevó mucho tiempo y trabajo recuperar.
• Los mercados que hoy perdemos, serán abastecidos por nuestros agradecidos competidores (Uruguay y Brasil).
• Localmente regresarán por mayor competencia la informalidad, y la faena clandestina con los riesgos que implican para la salud pública, acompañada de un proceso de concentración en pocas manos de la Industria Exportadora al finalizar la medida adoptada.
Este tipo de decisiones políticas globalmente nos descoloca en los mercados internacionales, a donde hay compromisos asumidos, traerá consecuencias más allá de la temporalidad del anuncio y si el objetivo es bajar los precios de venta al público, será un viaje al fracaso como históricamente sucedió con iniciativas de esta naturaleza. Y será acompañada sin duda de desinversión y liquidación con mayores precios a mediano plazo.
Nuestra carne, nuestra riqueza de producción vacuna es reconocida en mundo por la su calidad y genética, por su historia. ¡Esto es el colmo! Es como si Escocia prohibiera la exportación de Whisky, Francia su Champagne o Arabia el Petróleo. Vivimos en un contexto de perspectivas formidable para crecer pero apostamos a este papelón reincidente.
Lamentamos esta decisión del presidente Alberto Fernández que indefectiblemente va a provocar pérdidas a nuestros pequeños productores y un profundo deterioro de la confianza en todo el sector agropecuario. Sin solucionar los problemas del mercado interno y sin poder bajar la inflación.
UCR Saladillo