Lo llamaban el Manco de Teodelina, pero ese apodo tiene dos excepciones: No era manco y no vivía en Teodelina. De hecho, casi toda su vida vivió en Chascomús, aunque la localidad santafesina sí fue su lugar de nacimiento.
Hijo de un gran pelotari, Oscar Messina nació el 4 de abril de 1930 en Teodelina, un cuadrado de diez calles situado al sur de la provincia de Santa Fe. “El Manco”, así se lo conoce, era derecho para jugar, pero según recordó su gran compañero de vida, el “Negro Cacho”, pegaba aún más fuerte con la zurda.
La historia del Manco de Teodelina, el mejor pelotari de la historia argentina.
La historia de un mito. Oscar Messina arrasó jugando a la pelota a paleta por varios pueblos de la provincia de Buenos Aires, incluido el trinquete del club Jacobo Urso. Desafiaba a todos, derrotó a todos los campeones y vivió siempre de las apuestas.
Su apodo viene de pibe: Oscar trabajaba como boyero en una chacra. Una vuelta tuvo un accidente y se cayó de un caballo, que le provocó la quebradura del brazo izquierdo. A las apuradas se lo entablillaron con los restos de un cajón de madera que había por ahí y se las aguantó. Con el tiempo el hueso soldó, pero no de la mejor manera: A partir de allí su brazo izquierdo quedó un poco más corto y el apodo surgió enseguida.
Su legado y sus épicos partidos perduran al día de hoy. La diabetes lo afectó los últimos años de su vida. Falleció en 2005, pero su leyenda quedó -queda- más viva que nunca.