La niebla es un fenómeno meteorológico consistente en nubes muy bajas, a nivel del suelo, formadas por partículas de agua muy pequeñas en suspensión. Ese fenómeno climático reducen la visibilidad a menos de un kilómetro. Por eso, hay que manejar con más precaución.
La niebla pone a prueba los sentidos más sensibles del conductor. Casi el 90 por ciento de la información que recibe un conductor, ingresa por la vista. Por eso, desde el centro de educación vial recomiendan reducir la velocidad. Al mismo tiempo, aconsejan mejorar la visualización del automóvil o moto para que los otros conductores lo vean.
Los especialistas advierten en no utilizar las luces altas, ya que pueden provocar deslumbramiento y un acortamiento del campo visual. En cambio, si el auto posee luces antiniebla delanteras y traseras, hay que usarlas.
Si la niebla es muy espesa, los expertos sugieren detener la marcha del vehículo en un lugar seguro (lejos de la vía de circulación y de la banquina), hasta que se presenten condiciones más favorables para la circulación.
Según las estadísticas el 88 por ciento de los siniestros son causados por el factor humano. Si a eso se le suma las condiciones climáticas y el estado de las rutas, la combinación es sumamente peligrosa.
En caso de niebla
» Antes de ingresar a un banco de niebla, chequeá que estén encendidas las luces de posición y las luces bajas, que son de uso obligatorio en nuestro país.
» Reducí la velocidad.
» A no ser un caso urgente, no te detengas sobre la banquina. Es comúnmente la vía de escape en caso de colisiones en cadena.
» Mantené tu parabrisas o el plástico de tu casco limpio permanentemente.
» Una vez dentro del banco de niebla, no sobrepases a otros vehículos.
» si la niebla es muy densa, tomá como referencia las marcas viales de la derecha de la calzada.
