La Sociedad Rural de Saladillo desea manifestar que en la preparación de los presupuestos públicos para 2025 en los tres niveles del Estado (Nacional, Provincial y Municipal) debe respetarse el principio básico de proporcionalidad para buscar recursos públicos y especialmente de aquellos que vienen de la actividad productiva, que es vital para la generación de empleo genuino y el crecimiento de la actividad económica.
De esta forma no renunciamos a reclamar por la desaparición de las retenciones a los productos agropecuarios (en lo Nacional), que es un impuesto regresivo que saca de la producción para que repartan los políticos de turno (que por lo visto, lo hacen muy mal ya que los resultados de gestión son malos y sin embargo ningún político ha cambiado la receta).
En el ámbito Provincial, acompañamos el reclamo de CARBAP por los aumentos dispuestos por el gobierno de Kiccillof sobre el impuesto Inmobiliario Rural en este 2024 (con la anuencia de los diputados de nuestra región e incluso de Saladillo mismo), cuyos aumentos fueron ilegales y desproporcionados. Reclamamos que el Presupuesto Provincial 2025 no contemple aumentos desmedidos ni la posibilidad de aumentarlos en el trascurso del año a antojo de un gobierno provincial que sigue gastando lo que no tiene.
Y por último, en el ámbito local de Saladillo, solicitamos al Ejecutivo y también a los Concejales de todos los Bloques, que los aumentos de tasas no superen la inflación en el 2025, pero sobre todo que lo recaudado por tasas vuelva al sector que lo aporta para mejorar los servicios que provee el Municipio. Vemos así por ejemplo, que de la tasa de Red Vial vuelve a los caminos menos de la mitad de lo recaudado (en el mejor de los casos) por este concepto y el estado de los caminos y el uso que hacen los vecinos se ve siempre afectado. Pedimos que alguna vez al menos el ajuste se haga sobre gastos superfluos (que los hay y muchos), y no sobre los servicios que se prestan a los vecinos. Copiemos a nuestro vecino 25 de Mayo que fruto de decisión política y buena administración, pudo invertir en maquinaria con lo recaudado por tasas municipales priorizando el bienestar de la población rural y no los gastos del Estado.