Este 20 de julio, el día del amigo, luce totalmente distinto para el cuerpo de inspectores de Transito de la Ciudad de Saladillo, muchos de sus integrantes son ‘amigos entre sí’, otros son compañeros de trabajo solamente. A la mayoría de ellos los he visto llegar con su carga de ilusión, de expectativa, ante un desafío nuevo que era llevar adelante una tarea sumamente importante para la comunidad y a la vez muy poco reconocida cuando no, denigrada y atacada. Con algunos he tenido diferencias importantes, con otros hemos forjado lazos de compañerismo propios del respeto mutuo, en una actividad que nos obligaba a estar muchas veces espalda con espalda ante riesgos inexplicables, producto de tener y querer hacer cumplir la Ley de Transito.
Ayer, en el sepelio de Marcelo Moscoloni, vi a un grupo compungido, golpeado por el dolor de una perdida inexplicable, irreparable y totalmente evitable. Trabajar en tránsito no es fácil, se necesita ser especial, tener carácter para hacer cumplir la ley, aplomo para aguantar el insulto, la falta de respeto, el descrédito de quien no tan solo está en falta, sino que también quiere tener la razón.
Este grupo tiene solo cuatro años desde su formación y esta pérdida es un golpe terrible para sus miembros, he visto y he sentido el dolor de muchos de ellos. Por eso señores Inspectores sin división de géneros, les expreso mi más profundo pésame y acompañamiento en este difícil momento, espero que el dolor que hoy los une, les permita ver el norte, los obligue a ser más unidos, más comprometidos con su trabajo en pos de la seguridad vial de nuestros vecinos, que les permita unirse más desde la hermandad de los corazones, para sentir que las diferencias que tienen, pueden quedar borradas de un plumazo en un segundo. Nada es más importante que la Familia que los espera en la casa, pero sin olvidar también, que cada conductor que ustedes tienen que infraccionar también tiene una familia que lo espera.
Se crece desde el dolor, se crece desde el sacrificio, desde la comprensión real del verdadero fin que tienen en la vía pública.
Este 20 de julio ha sido distinto para ustedes, yo los comprendo y los acompaño desde el dolor y espero que la pérdida del compañero, amigo, hermano, los conserve unidos y comprometidos.
Mi más sentido pésame para ustedes.
Carlos Daniel Quiroga