«Querido Guille: Te escribo con el respeto y admiración que siento por aquellos que se jugaron la vida por nosotros y por nuestra patria! Nada va a cambiar en mí este sentimiento. Amo a las Malvinas y anhelo el día de volver a ver flamear nuestra bandera en ese pedazo de tierra nuestra».
«La Tierra que donastes al pueblo de Saladillo y diste en custodia al Museo, no está «tirada vaya a saber donde», está depositada en una caja de madera y vidrio, debidamente cuidada y a tu disposición cuando quiera verlas».
«Cada objeto que se exhibe en el museo, sean «tarros o botellas» tienen detrás el valor simbólico de haber pertenecido a nuestros vecinos, quienes jugaron sus vidas en estos parajes, y para sus descendientes son «muy significativas».
«Obviamente que la “Tierra de Malvinas» tiene un valor simbólico especial y es por ello que esperamos darle un espacio especial.
Como sabrás el edificio del Museo estuvo en refacción desde 2014, en medio de escombros y polvillo no se podía exponer nada de valor. Luego se inauguró la sala principal, donde se expone nuestra historia hasta cerca de 1910, etapa en la que también hubo saladillenses que ofrendaron sus vidas».
«Ayer se inauguró el resto del edificio, lo que nos permitirá ampliar la muestra e incluir el lugar que los Héroes de Malvinas se merecen. Esperamos recopilar datos de todos ustedes, dándoles el tiempo, el espacio y el lugar destacado que se merecen. Allí debería estar esa tierra regada con la sangre de nuestros Héroes».
«Entiendo tus emociones y ansiedades, pero te aseguro que esa Tierra está a la espera del momento de honor que merece».
«No soy una autoridad del Museo, soy un simple trabajador amante de nuestra historia local, en la que ustedes ocupan un lugar elevado. Vería con gran dolor que retires esa «Tierra Sagrada» del Museo, privando con ello al pueblo de Saladillo de verla y honrarla. Pero, nadie más que vos estaría en derecho de hacerlo».
«No hubo negligencia, fue solo la espera del momento y las condiciones necesaria para exhibir un tesoro tan especial. Y creeme, ese momento está cerca».
«Con la admiración y el respeto de siempre, te envío un gran abrazo»
Marcelo Pereya