Hoy es el Día de la Futbolista Argentina, en honor a un histórico triunfo de la Selección frente a Inglaterra, por 4-1, en un día como hoy pero de 1971. Aplicable para cualquier fecha particular, es necesario aprovechar el momento para que el reconocimiento simbólico se materialice en oportunidades. Es por eso que, en este ‘Día de las Futbolistas’, repensamos qué es literalmente un ‘feliz Día de la Futbolista Argentina’.
¿Qué deseamos cuando decimos ‘feliz día’? Es la pregunta que puede aplicarse a cualquier ‘día de…’: un cumpleaños, día de la familia, día del maestro, día de las futbolistas. Por supuesto, no da lo mismo desear un ‘Feliz Día del Niño’ que un ‘Feliz día de las Infancias’: por esto, desde este espacio, se entiende cada día particular como un momento conmemorativo de festejo, reivindicación y lucha.
El día de la futbolista se oficializó recién en julio del año pasado en la Legislatura Porteña, por iniciativa de Andrea Conde (Unidad Ciudadana), en plena disputa por el reconocimiento de una práctica que, hasta el momento, estaba invisibilizada en la agenda de los medios hegemónicos y del Estado.
El 2019 fue un año histórico para la disciplina femenina a nivel nacional, no sólo con el reconocimiento del 21 de agosto como su día oficial, sino también con la semi-profesionalización en Primera División y la gran representación de la Selección en el Mundial de Francia 2019. En sintonía, Saladillo también dio un gran paso: se disputó el primer torneo de fútbol femenino oficial.
Tal vez aquel 21 de agosto de 2019 fue oportuno nombrar como ‘feliz’ el día de las futbolistas argentinas y, en particular, el de las de Saladillo. Con la reciente culminación del primer torneo oficial de la Liga de Fútbol local, el 21 de agosto de 2019 fue un feliz primer día. ¿Pero quién iba a pensar que aquel gran paso no sólo corría riesgo de potenciarse, sino además de dar marcha atrás?
En pleno 2020 algunos clubes, irónicamente los más pudientes, todavía insisten con excluir a las niñas y mujeres de las prácticas recreativas y deportivas, exclusivamente por una cuestión de género. Parece hasta sarcástico: las instituciones que más deberían promover los valores de inclusión, demostraron ser no sólo los que no generan las condiciones como para que nadie –ninguna- quede afuera, sino que además cierran puertas.
Pero incluso en este contexto, todo lo logrado en cada una de las luchas es motivo de festejo: la oficialización del fútbol femenino, los clubes que entienden la práctica como un derecho y no como una obligación, los hinchas que pagan una entrada para ver fútbol femenino en las canchas, las mujeres en las comisiones directivas, las niñas que le piden fotos a las figuras de la Primera, los medios que ponen en agenda el tema.
En sí, es hoy un motivo de festejo el hecho de que el fútbol femenino ya es una realidad frente a la cual nunca más van a poder volver a mirar para otro. En este día, decir ‘feliz día’ se transformó en la expresión de deseo y compromiso por la equidad y el crecimiento del fútbol femenino.
MSE