Por | Luis Dario Nagore… Y LA BANDA SIGUIO TOCANDO
En la noche del 14 al 15 de abril de 1912 el Titanic, colosal embarcación de 270 metros de largo se enfrentaba a la naturaleza, un iceberg dañaba su casco de acero, y por motivos que aún se analizan, herido de muerte a la 1:15 dio un fuerte vaivén inclinando aún más la cubierta. Pese a eso la banda de música del trasatlántico que había comenzado a tocar ni bien se produjo la colisión, continuo con sus melodías, inclusive a las 2.10 de la mañana cuando el buque quedo a oscuras.
Quizás intentaban tranquilizar a la gente durante el caos, o simplemente trataban de silenciar los alaridos y gritos desesperados. La banda siguió tocando. Todos sus integrantes perecieron.
Una película conocida de la década de los ’80, relata los pormenores y conflictos que se generaron con la aparición del SIDA. Mientras seguía muriendo gente pese a que se había descubierto la cura, se continuaba debatiendo sobre el origen de la enfermedad, la lucha de los científicos por conseguir dinero del gobierno y la defensa contra la discriminación y los derechos de los homosexuales que ponía trabas a la investigación. En Latinoamérica la película tomo el nombre de “y la Banda Siguió Tocando” (“And the band played on”).
En Wuhan, China, en diciembre de 2019 surgieron los primeros casos del COVID-19. El gobierno de ese país, experto en silenciar al pueblo, ocultó intencionalmente la gravedad del coronavirus a la comunidad internacional mientras almacenaba importaciones y disminuía las exportaciones de suministros médicos. Cuando fue inevitable continuar ocultándolo y sus muertos se contaban de a
Miles, recién un mes más tarde, China dio parte a la OMS del surgimiento de la pandemia. El Gobierno del Politburó Comunista Chino, no realizó mucho por defender la vida de sus habitantes…la banda siguió tocando.
Cuando la pandemia llego a nuestro país, el ministro de salud de ese momento, Ginés González Garcia, predecía «es mucho peor la gripe» que el Covid-19, y afirmaba que a él le preocupaba mucho más el Dengue. Este ex funcionario, homenajeado no hace mucho en la Casa Rosada, sostuvo
que la llegada del virus a nuestro país «comenzó con la clase media y media alta que viajaba«.
Para superar los estragos de esta pandemia en nuestro país, se decidió no traer las vacunas cuyas pruebas se habían hecho en la Argentina y por lo cual era merecedora de atención prioritaria; la solución era traer, por una razón netamente ideológica, las Sputnik rusas. Que con mucha demoras comenzaron a llegar. Esta demora que se traducía como desatención al pueblo, produjo entre otras situaciones por déficit de atención, el fallecimiento de alrededor de 130.000 argentinos, algunos de ellos amigos, conocidos, vecinos de nuestra ciudad. Eso sí, cuando llegaron las primeras dosis, no hubo ningún reparo en hacer que se vacunaran algunos dirigentes políticos que ni siquiera tenían funciones operativas. La banda siguió tocando.
La educación en la provincia, en el periodo de pandemia, entro en un proceso de cierre. Se interpretaba que la virtualidad llegaría a todos como si fuera una nación civilizada. Nada más erróneo; junto a un Ministro de Salud que proyectaba el miedo. Quizás, el gran temor era que centenares de miles de habitantes del gran Buenos Aires pudieran fallecer por la precariedad de sus condiciones de habitabilidad y salubridad. Entonces, el Dr. Gollan, asesoró para un cierre de escuelas en toda la provincia desde los grandes centros urbanos hasta la de los pequeños poblados. El resultado es visible. Centenares de Miles de Jóvenes no saben leer y/o interpretar un texto en su ingreso a la educación secundaria. Claro, no fue su decisión la única culpable. La educación en la provincia viene en picada, debiéramos preguntarnos ¿Quién gobernó la provincia en los últimos 40 años?
La banda siguió tocando.
Al ritmo de la banda que seguía tocando, “la querida Fabiola” festejaba su cumpleaños en Olivos con todos sus amigos, mientras en algunas partes de nuestro país no permitían siquiera que los padres pudieran enterrar a sus hijos.
La guerra de Ucrania se ensaño con nuestro territorio, no así en el resto de Latinoamérica. Veamos cómo nos fue: La inflación anual en el año 2022 en Argentina fue del 94.8%, en Uruguay 8.3%, Perú 8.6%, Chile 12.8%, Bolivia 3.1%, Ecuador 3.7%, Brasil 10.1% y Paraguay 8.1%. En Argentina 6 de cada 10 niños y adolescentes de hasta 17 años son pobres y no consiguen acceder por completo a los alimentos, educación y salud necesarios. El número estadístico, que parece frío, representa en la realidad a unos 8,2 millones de chicos de todo el país.
Si usted quiere creer que la inflación no afecta a ciudades como las nuestras, vaya a un supermercado de los más conocidos de nuestra localidad, el día 8 de cada mes, y comprobará la inexistencia de público. Pero si aún no cree que la economía en crisis, que ajusta con tarifas y descontrol el Ministro del Área, con un Banco Central con saldo deudor en 7.000 millones de dólares….pregúntense … ¿de donde podríamos sacar dinero en el país para comprar vacunas en una probable nueva pandemia?
Aunque asuste, debiéramos preguntarnos ¿vamos a permitir que la Banda siga tocando?