Por Alejandro Mariotto || “IL POSTINO” (EL CARTERO)

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“IL POSTINO” (EL CARTERO)

Por Alejandro Mariotto (abogado, docente y escritor saladillense)

El séptimo arte nos regaló verdaderas joyas cinematográficas. En el film “Il Postino” Mario, interpretado por Massimo Troisi, es un hombre sencillo que acepta un empleo de cartero. Su trabajo consiste en llevar el correo a un único destinatario, el poeta chileno Pablo Neruda (interpretado por Philippe Noiret), que vive exiliado en un pequeño pueblo italiano. Mario se siente fascinado por la figura de Neruda, y entre los dos hombres irá creciendo una gran amistad. Esta sincera y tierna película consigue conectar dos mundos, aparentemente distantes, representados por una figura del mundo de la literatura y por un modesto cartero del sur de Italia. Neruda enseña al cartero a usar la metáfora como herramienta de seducción y recibe de éste un oportuno aliento vital en su resignado exilio.

El Correo es una institución indispensable del Estado, tanto como la Escuela, el Hospital y la Comisaría, y existe desde los comienzos de la Patria. En nuestra Carta Magna es reconocido en su artículo 4°, en tanto que en el 75 (atribuciones del Congreso) en su inciso 14 establece que le corresponde a este: “arreglar y establecer los correos generales de la Nación.”

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La función social del correo es fundamental en toda sociedad que pretenda crecer y desarrollarse. Las familias, el comercio, la industria, el arte, la literatura, el deporte, la ciencia y la tecnología, entre otras disciplinas, se desarrollaron gracias al Correo.

¿Quién no recuerda la emoción al recibir esa carta que tanto estaba esperando, o esa encomienda que nos traía algo que deseábamos con ansias? ¿Acaso la relación con el cartero del pueblo / barrio no tiene algo en común con la de Neruda con su cartero italiano?

Los carteros son trabajadores, son laburantes, que al igual que el de la película, ganan un sueldo bajo. No son parte de “La Casta”, no ganan ocho millones de pesos por mes como nuestros diputados y senadores, no se autoaumentan sus sueldos como sí lo hacen nuestros legisladores.

El Correo fue fundamental, entre otras cosas, para afianzar la soberanía nacional en territorios en disputa. Y como prueba de ellos tenemos el caso de los Valles Fértiles de nuestra Patagonia, más precisamente la zona donde actualmente existen las ciudades y pueblos de Esquel, Trevelin, Cholila y El Bolsón. Esa zona, disputada hasta comienzos del siglo XX por Argentina y Chile, estaba habitada por colonos galeses. La línea divisoria establecida en El tratado de Límites de 1881 no era fácil determinarla en esa región, entonces se decidió hacer un plebiscito. El encargado de llevar adelante el plebiscito fue Thomas Holdich, como representante del Reino Unido, designado país árbitro. Pese a que Chile ofreció una legua de tierra por familia, los colonos eligieron ser argentinos. Dicen los historiadores, que en parte fue por el buen recibimiento del Estado Argentino a los galeses. El 30 de abril de 1902 se encontraban en el Valle “16 de octubre”, precisamente en la escuela N° 18, el delegado arbitral británico, Sir Thomas Holdich, el representante chileno Hans Steffen y el representante argentino, Francisco Pascasio Moreno junto a unos trescientos pobladores, estos ante la consulta del delegado arbitral británico a que nación querían pertenecer, optaron por la nacionalidad argentina del territorio, patria que los cobijo desde 1865, manifestando ese día: «Queremos seguir perteneciendo a la patria que nos cobijó«. Dicha manifestación contribuyó a la resolución pacífica del diferendo entre ambos países, el rey de Inglaterra Eduardo VII, tuvo en cuenta la pretensión de los lugareños que estos valles eran argentinos, que habían sido ocupados con la presencia de las escuelas, capillas, correos y la colonización fomentada por el estado argentino. De esta forma se definió la cuestión y se consolidó la soberanía argentina sobre esa bellísima región donde hoy está el Parque Nacional Los Alerces y las ciudades de El Bolsón, Esquel, Cholila y Trevelin (colonia galesa). Y es precisamente en Trevelin (Pueblo del molino) donde, al igual que en Roque Pérez y muchos pueblos más, llegó la motosierra del gobierno de Milei, la oficina del Correo Argentino fue cerrada y sus trabajadores despedidos. Sí, ese mismo Correo que brindó servicio a los colonos galeses, quienes en reconocimiento votaron por la soberanía argentina, fue cerrado. Milei lo cerró porque según los balances da pérdidas. ¿Dónde está escrito que los servicios públicos obligatoriamente deben dar ganancia? ¿Cuál es el concepto de “Servicio Público”? Los servicios públicos existen para satisfacer necesidades de la comunidad, no para dar ganancias. Para dar ganancias están las empresas privadas, el Estado no es (ni debe serlo) una empresa privada.

El Correo de Trevelin, Roque Pérez, Morse, Rafael Obligado y tantas ciudades y pueblos más son servicios públicos indispensables y por ende no se pueden cerrar. La empresa estatal Correo Argentino cuenta con 14.500 empleados, 1.452 sucursales y 901 inmuebles propios. La intención del gobierno de la “motosierra” es reducir la planta a 9.500 personas y dejar abiertas solamente 500 sucursales. Cabe preguntarse ¿Quién va a distribuir las urnas y los telegramas electorales cuando se realicen elecciones?, seguramente alguna empresa amiga de Milei, que va a cobrar cinco veces más por esa tarea.

Como sociedad no podemos permitir que desaparezcan las instituciones fundamentales del Estado, no podemos permanecer pasivos frente al cierre de oficinas públicas, como tampoco aceptar que sus trabajadores queden en la calle. Parece que no aprendimos nada de los nefastos años 90, del menemismo privatizador que destruyó gran parte del Estado, el que tanto nos costó reconstruir después de la debacle del 2001. ¿No será hora de que despertemos y empecemos a defender lo nuestro?