Espero que esta nota de opinión sea correctamente leída y se perciba que hay un punto y seguido en el título. Ahora, si el lector lo quiere obviar, corre por cuenta lo que pueda interpretarse.
El domingo pasado, 20 de junio, día de la Bandera, el Señor Presidente en un discurso ante niños que cumplían con su promesa a la insignia patria, sostuvo que la Bandera Nacional simboliza tres valores: libertad, igualdad y solidaridad.
Podrá apreciarse, que quizás, su reciente viaje a Francia le hizo recordar la Revolución Francesas de 1789 que puso fin al absolutismo, el feudalismo, la servidumbre y los privilegios a grupos religiosos y la nobleza, con un lema que forma parte del Preámbulo de la constitución actual de esa República: “Libertad, igualdad y Fraternidad”.
A lo mejor, cambio la última palabra porque se olvidó la frase original, o lo hizo adrede. En estos días, con sus yerros de los últimos discursos, no se sabe bien si son descuidos o lo hace a propósito para quedar bien con alguien. Errores que inclusive un ex presidente, del mismo palo, comento que “Alberto no está bien” y que “le da pena”.
Nuestro Presidente, puede tener momentos complejos, no es una gestión sencilla la que le tocó encabezar. Claro tampoco han sido sencillas las últimas gestiones desde los últimos 10 años, dejando deudas y culpándose para atrás entre ellos; no obstante la Argentina tiene un nivel de pobreza que hace responsables a esos gobiernos pasados. En una mesa con cuatros niños solo uno come, según datos de distintos organizaciones de mediciones incluyendo el INDEC.
Quizás por ese motivo, el Señor Presidente, no se da cuenta que en nuestro país, la Libertad es relativa, cuando quienes debieran estar en prisión están en la calle, comiendo en una parrilla; gestionando desde distintos cargos públicos, o bien con prisión domiciliaria tras pasar un tiempo en una cárcel VIP.
Mientras tanto, fundamentalmente en el Gran Buenos Aires, la Libertad de moverse, qué hacer con los niños, como disfrutar del tiempo libre está limitado por el riesgo de la agresividad que se vive en esos sitios. Por suerte en Saladillo, aún estamos bastante tranquilos pero si la pobreza se incrementa, debemos pensar que el Gran Buenos Aires está a hora y media de nuestra Ciudad, sin que ello signifique que quienes viven en el gran Buenos Aires estén sospechados de ser malas personas. Es solo una referencia de distancia geográfica, que los malhechores pueden saldar en poco tiempo.
La Igualdad, a la que se refiere no existe. Si en este momento las tan esperadas vacunas son usufructuadas por amigos de los Gobernantes, por Chicas Lindas y Militantes, y se cantan en quienes merecían estar vacunados y ya no están entre nosotros, eso significa que no somos iguales. Menos iguales somos cuando la manipulación de las estadísticas hacen con los chicos del área metropolitana tienen clase ,y 15 chicos de la Escuela 10, por decir una Escuela Rural, están sin clase y los docentes haciendo equilibrio para que los chicos no dejen de aprender, porqué conectividad no hay. No es igual el gran Buenos Aires a la Zona Rural de nuestra Localidad.
Y la solidaridad, que ha decir de la Real Academia es la “Adhesión circunstancial a la causa o a la empresa de otros”, debiera ser fraterna en el sentido de la Revolución Francesa “Amistad o afecto entre hermanos o entre quienes se tratan como tales”; no se trata de una situación circunstancial, nos dice que debemos vivir como miembros de un mismo territorio pensando en el otro permanentemente, porque esto es lo único que debiéramos cuidar de mantener. Hoy la famosa grieta cada día más abonada con las perversidades de algunos dirigentes, hace que esta Fraternidad sea una irrealidad.
Respecto de Las Pelotas, a la que me refería en título de esta opinión, hoy 22 de junio se cumplieron 35 años del gol de Maradona a la Selección Inglesa. Obviamente, puede ser significativo para quienes hace un culto de este deporte; pero que en una Debate de la Cámara de Diputados un serio representante del oficialismo festeje con fervor este hecho, como si nada significaran los NOVENTA MIL MUERTOS Y LA FALTA DE VACUNAS, demuestra claramente el desinterés por los ciudadanos.
Seguro que en los próximos días volverá el futbol nacional. Hay que entretener para que la realidad no nos angustie. Karl Marx, Filósofo Alemán, considerado el padre del Comunismo Moderno, parafraseo en 1844 a un colega sosteniendo que “La religión es el opio del pueblo”, como la religión se viene devaluando por sus propios errores, en nuestro país pareciera que el “Futbol es el Opio de nuestro pueblo”.
Por: Luis Darío Nagore