“Había nacido el 26 de agosto 1914 en Ixelles (Bélgica),pero Cortázar es tan argentino como los álamos de Uspallata, el sabor del Cinzano con ginebra en el Boston de Florida, las ediciones a cincuenta centavos de Claridad y ese que caballo que montara en Saladillo.”
Carlos Antonio Gorosito.
“Julio Florencio Cortázar es sin duda uno de los argentinos universales. Es dueño de una vasta obra literaria su mejor legado a la cultura universal. Hoy se cumplen 40 años de su muerte, fue en París, hace 40 años atrás. Es justo es recordarlo, y nada mejor para recordarlo, que abrevar en las páginas de su “Rayuela”, “Los premios”, “Historia de Cronopios y de Famas”, “Las armas secretas”, “Todos los fuegos el fuego”, “La vuelta al día en ochenta mundos” y “Último round”, entre tantas de sus obras y especialmente su libro Un Tal Lucas especialmente en Lucas, su patriotismo, donde nombra a Saladillo: “De mi pasaporte me gustan las páginas de las renovaciones y los sellos de visados redondos / triangulares / verdes / cuadrados / negros / ovalados / rojos; de mi imagen de Buenos Aires el transbordador sobre el Riachuelo, la plaza Irlanda, los jardines de Agronomía, algunos cafés que acaso ya no están, una cama en un departamento de Maipú casi esquina Córdoba, el olor y el silencio del puerto a medianoche en verano, los árboles de la plaza Lavalle. Del país me queda un olor de acequias mendocinas, los álamos de Uspallata, el violeta profundo del cerro de Velasco en La Rioja, las estrellas chaqueñas en Pampa de Guanacos yendo de Salta a Misiones en un tren del año cuarenta y dos, un caballo que monté en Saladillo, el sabor del Cinzano con ginebra Gordon en el Boston de Florida, el olor ligeramente alérgico de las plateas del Colón, el superpullman del Luna Park con Carlos Beulchi y Mario Díaz, algunas lecherías de la madrugada, la fealdad de la Plaza Once, la lectura de Sur en los años dulcemente ingenuos, las ediciones a cincuenta centavos de Claridad, con Roberto Arlt y Castelnuovo, y también algunos patios, claro, y sombras que me callo, y muertos.” No es mi misión con estos breves párrafos, hacer un análisis de la obra de Cortázar, ni de su vida, porque me excede largamente. Es sí hacerle un humilde homenaje, recordarlo, hablar sobre él hoy, a cuarenta años de su muerte. A veces son los hombres de letras, y los poetas, quienes logran tomar el pulso de la patria, y de su tiempo, con mucha más precisión que geógrafos o historiadores. Esa geografía de aromas, de paisajes, esa geografía de experiencias, esa cronología sin horas pero sí hilvanada con precisos momentos, son menos científicas pero mucho más ricas. En ese breve párrafo bordado de recuerdos, Cortázar, en la piel de Lucas, nos recuerda qué es la patria, y nos recuerda también, pese a haber pasado gran parte de su vida en Francia, que Cortázar es tan argentino como los álamos de Uspallata, el sabor del Cinzano con ginebra en el Boston de Florida, las ediciones a cincuenta centavos de Claridad y ese que caballo que montara en Saladillo. Había nacido el 26 de agosto 1914 en Ixelles (Bélgica). Su padre era funcionario de la embajada argentina en Bélgica, donde se desempeñó como agregado comercial. Julio Cortázar comentará más tarde respecto a su nacimiento: «Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia». Sus libros, sus escritos, la literatura: hizo finalmente universal e inmortal a Julio Florencio Cortázar”.
Carlos Antonio Gorosito, Ex Intendente Municipal (1991-2015), Saladillo 12 de Febrero de 2024.