«El dilema de Salomón de cumplir o no con su palabra y la esperanza de Wuiovich y Armendáriz de que la cumpla»
Por: Carlos Antonio Gorosito
Es un lugar común afirmar entre los que nos dedicamos a la actividad política cuando nos preguntan sobre el tema de las candidaturas decir: «Hay temas más importantes en la agenda de la gente», «estoy ocupado en resolver los problemas del País, de la Provincia, del Municipio» según sea el ámbito de actuación de quien se dedica a la política. Lo cierto es que siempre se habla de candidaturas y en forma permanente. Ahora se habla de las candidaturas para las elecciones de este año. Luego se hablará de las de 2025, después de las del 2027 y así sucesivamente. Y no tiene nada de malo que así sea. La política es la actividad más antigua del mundo, después de «la más antigua» del mundo. Hay quienes hacen anti política desde la política, lo importante es que quienes ejercen una representación popular además de hablar y analizar la política se dediquen con toda intensidad y entusiasmo a resolver los problemas que la ciudadanía del país, las provincias o los municipios le hayan confiado resolver. Dicho esto me voy a referir a las candidaturas en el ámbito local (Saladillo) porque me lo preguntan muchos convecinos y también lo han hecho algunos medios de comunicación. Ciertamente, en nuestra ciudad a la ciudadanía le preocupa de sobremanera lo relacionado con el gobierno local. Por ejemplo, quiénes serán los candidatos a Intendente. En Saladillo hay hasta el momento dos coaliciones que están actuando y tienen representación en el HCD: Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. Esta última expresión política ha dicho ya que su candidato a Intendente es Amaro Sarlo. En Juntos por el Cambio no ha habido ninguna definición pública hasta ahora, pero todo indica que el candidato a Intendente sería el actual mandatario comunal José Luis Salomón. En primer término porque el Intendente quiere seguir siendo Intendente Municipal y, además, no tiene ningún impedimento legal para postularse nuevamente. Debo decir que es bueno que quien aspire a ocupar una representación pública tenga ganas de serlo y luego trate de cumplir de la mejor manera posible el mandato popular. Al actual Intendente le ha entusiasmado el cargo desde el primer día, y como antes yo, se ha mantenido en «campaña permanente», desde el inicio de su primera gestión. Ha aprovechado y aprovecha todos los avances tecnológicos para dar a conocer cada acto que realiza desde los más importantes hasta una nimiedad (llegó a difundir desde un comunicado de prensa oficial que fue a despedir a un amigo que se iba de vacaciones). Además, el Intendente sostiene que entre los que tienen aspiraciones a sucederlo y él, quien más adhesión tiene en la gente, y lo suele graficar con esta expresión: «yo soy el que más mido», es decir es el que está en mejores condiciones electorales. Además, supone que ninguno de los eventuales aspirantes a sucederlo se animará a enfrentarlo en las PASO. El Presidente del HCD, Alejandro Armendáriz ya ha manifestado públicamente que le gustaría ser Intendente pero que no se presentará si lo hace Salomón: Por lo tanto, su eventual candidatura está descartada. Es público y notorio que el actual secretario de Desarrollo Local, Vladimir Wuioivich, quiere ser candidato a Intendente por el Frente Oficialista, pero nunca ha dicho que si va Salomón él no va. Por lo tanto debe tener decisión tomada de participar en las PASO. Entonces al ser el Intendente Salomón formalmente su jefe político, lo razonable sería que Wuiovich deje su cargo en el gabinete porque ante el electorado tendría que marcar diferencias y decirle a la sociedad por qué lo deben votar a él y no a Salomón. Es un dilema para Wuiovich. A mi criterio Salomón anunciará su candidatura a último momento y en los plazos que le determinen los tiempos electorales. Será precandidato salvo un imponderable, que lo estimo en menos de uno por ciento. Quienes quieren que Salomón sea el candidato le dicen: «si no vas, no ganamos, porque así lo dicen las encuestas», «te quedan muchas cosas por hacer». Ninguno de los dos argumentos son válidos desde mi perspectiva. Primero porque si nos atenemos a las encuestas deberíamos anular las elecciones. Hacemos una encuesta y el que mide o la que mide más va de candidato o «in extremis» para qué vamos a hacer elecciones si todo se resuelve con encuestas. Sobre los que dicen que «le quedan muchas por hacer», que «hay muchos proyectos pendientes» eso siempre va a ser así, aquí y en cualquier lugar del mundo. Los partidos políticos no encaran proyectos personales, sino comunitarios. Además, el Intendente presume varios apoyos. Desde que él es Intendente desaparecieron las expresiones vecinalistas precisamente porque él las expresa. Desde el PRO hasta ahora no se vislumbra un candidato potente que lo enfrente. Quien llegara eventualmente a enfrentarlo canalizaría el descontento que origina toda administración, pero luego se sumarían en la general, como ocurrió en las legislativas del 2021. Hay quienes sostienen que la oposición no es solvente y eso le otorga un plus de ventaja al actual Intendente. No recibe en general críticas de fondo de la prensa, hay quienes sostienen que es porque les satisface su gestión de gobierno y otros porque dicen que el mandatario comunal es generoso con la pauta publicitaria. Son apreciaciones subjetivas de los que mantienen cada una de esas posiciones. Lo concreto es que al Intendente sus amigos lo estimulan a seguir en el cargo, el gabinete lo apoya, como debe ser, en forma irrestricta, la diputada Alejandra Lorden, que a mi criterio aspira en algún momento ser Intendente, ha orientado sus actuales aspiraciones a lograr una nominación como Diputada Nacional o en su defecto intentar ser reelegida como Legisladora Provincial, también lo apoya en forma irrestricta, y ello cobra valor porque lidera un grupo interno. Pienso que todo está dado para que Salomón vuelva a ser candidato a Intendente. En el caso de volver a ser candidato entra simplemente en contradicción con lo que expresó en su momento de que iba ser Intendente «por un periodo de gobierno, tal vez dos, pero nunca tres». Tiene derecho a cambiar de opinión. Yo mismo en el 2011 dije que era la última vez que me presentaba. Después por razones personales y políticas cambié de opinión y me presenté en las PASO de 2015, pero el pueblo quiso el cambio en ese momento. También Salomón dijo que iba dejar preparados cuatro o cinco candidatos a Intendente, pero los que pretenden ser ya están desde mi época. En fin son cosas que se suelen decir. Salomón tiene hoy el dilema del Príncipe Hamlet: Ser o no ser. Aumentando la impaciencia de algunos. A mí me preguntaron si sería nuevamente candidato a Intendente y contesté que momentáneamente no está en mis planes, esa ni ninguna otra candidatura, pero que aprendí una lección: que nunca más debo decir que no seré candidato a tal o cual representación, porque eso lo determinarán las circunstancias políticas y personales. Para las presentaciones públicas nunca se es «viejo» y los que tenemos vocación no abandonamos nunca la actividad política. En estos momentos pienso que quienes pretendan ser candidatos a Intendente le deberán a decir a la sociedad cosas concretas. No deberán repetir solamente la frase: «vamos a trabajar por el crecimiento y desarrollo de Saladillo» eso está sobreentendido, tendrán reitero que señalar cosas concretas: lo que se quiere hacer y cómo. Deberán expresar en forma categórica qué se puede hacer en los diversos temas en cuatro años de gestión y eventualmente en ocho, en el entendimiento de que no se volverá a modificar la ley que prohíbe la reelección indefinida de los Intendentes. Saladillo es una ciudad que ha crecido y que se ha desarrollado en forma significativa durante años y requiere en consecuencia que quien sea Intendente Municipal se aboque a liderar sin descanso el crecimiento y desarrollo de la ciudad y buscar solución a los problemas existentes, tratando además de prevenir nuevos problemas e imaginar proyectos creativos para que todos nuestros convecinos puedan tener una buena calidad de vida. Quien quiera ser Intendente debe tener ambiciones no solo personales para serlo, sino para que la ciudad sea una Ciudad Grande y una Gran Ciudad, en definitiva, para los hombres de coraje se han hecho las grandes empresas, así lo expresa la concepción sanmartiniana.