Conocemos, y no es necesario recordar, las diferencias que tenemos con el pueblo inglés

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Por: Luis Dario Nagore

En términos explícitos, la infamia de una guerra por una causa noble, iniciada por el último gobierno
militar de nuestro país; justificada por el aparente agotamiento de las negociaciones diplomáticas y el
deseo de continuidad en el poder de quienes detentaban el gobierno.
En términos tácitos, la historia imperialista del Reino Unido, que no tuvo límites en el mundo para
apropiarse de bienes que la tierra posee y produce. Acción igual a la de otros países imperialistas
actuales, que se aprovechan de la debilidad de los gobiernos como el nuestro, con notable dependencia
económica.
El pueblo británico, que aún sigue reclamando por el gol de Maradona en el mundial de 1986 (el de la
mano de Dios), fanáticos del Kun Agüero, también permitió que argentinos como el Químico Cesar
Milstein obtuviera el Nobel en 1984.
El pueblo inglés, que vive y siente como cualquier ciudadano del mundo, amaba y veneraban a la Reina
Isabel II, recientemente fallecida.
Es difícil para los argentinos interpretar el rol de los reyes en la monarquía parlamentaria como la inglesa,
pero resulta más inexplicable reconocer el motivo por el cual la reina tenía más del 90% de aprobación
del pueblo.
Claro, teniendo en cuenta que algunos de los líderes políticos que ha gobernado y gobiernan nuestro
país, en el mejor de los casos llegan a una aceptación cercana al 30%, esto es preocupante.
Algunos de los expertos en el estudio de la realeza señaló que esa extraordinaria solidez Isabel la
construyó a base de respetar cuatro principios inmutables y siempre presentes a lo largo de toda su era:
deber, decencia, buen humor y tolerancia.
Para ayudar a quienes hacen de la política partidaria su vida diaria, le quiero recordar los significados de
estas cuatro palabras, según la Real Academia Española:
Deber: “Tener obligación de corresponder a alguien en lo moral”.
Ejemplos: Los cargos electivos a los que acceden por el voto popular, requieren que en “primer lugar”
representen a sus pueblos y luego en todo caso sus partidos e ideologías.
Ejemplos de lo contrario:
Acceder a cargos públicos estatales por filiación política o ideológica, y luego usar el cargo para hacer
política partidaria.
Mantener un discurso público por la defensa de la moneda nacional, para luego, en privado atesorar
divisa extranjera en sitios como un convento o en una caja de seguridad.
Decencia: “Recato, honestidad, modestia”.
Ejemplos: Desempeñar cargos o funciones públicas o privadas con el objetivo de pensar y hacer de sus
vidas, en función de sus congéneres. Típico caso Dr. Rene Favaloro.
Ejemplos de lo contrario:
Sostener un falso progresismo que “busca la igualdad” de quienes habitan una nación, provincia o ciudad;
pero sin perder sus prerrogativas. Es decir autos importados, buenos ingresos que los paga el pueblo, y
su cuota de poder por portación de ideología.
Abusar de los cargos detentados durante periodos en que se fue funcionario público para hacerse de
bienes como casas, campos, ganado, etc. A algunos, inclusive, sus egos no les permiten siquiera el
recato y la modestia.
Ocultar mediante testaferros pingües ganancias realizadas durante mandatos públicos.
Humor: “Buena disposición para hacer algo”.
Ejemplos:
Observar como funcionarios públicos por cargos electivos o de carrera, una conducta de predisposición
permanente para solucionar las necesidades o preocupaciones de su pueblo.
Ejemplos de lo contrario:
Acceder a un cargo público de cualquiera de los niveles del estado y desinteresarse por la función de sus
organizaciones. Típico caso los conocidos como “ñoquis”.
Tolerancia:”Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias
a las propias”.
Ejemplos:
El pueblo que permite y respeta los gobiernos presentes y pasados, con sus trastadas, sin romper el
orden institucional.
Ejemplos de lo contrario:
No creer que existen personas que no adherimos a modelos socio-económicos como el cubano, el
venezolano o el nicaragüense. Inclusive, perdiendo la memoria a tal punto de no recordar que la
intolerancia llevo a la violencia sangrienta, aún entre miembros de un mismo partido. (Triple AAA Vs.
Montoneros, ERP).
Ténganlo presente en las próximas campañas, no sea cosa que el agotamiento del pueblo lo obligue a
votar por algún antisistema. En términos médicos… Curarse en Salud.
Luis Dario Nagore